Cristales Sanadores: Evidencia Científica

He escuchado toda mi vida sobre la sanación por cristales pero siempre lo consideré pura charlatanería.

Un amigo, creyente él, me pidió que echara un vistazo y encontrara la base científica de esta terapia.

Al haber cursado una carrera en ingeniería aeroespacial, él pensó que, seguramente podría encontrar la base científica de algo que él cree tan fuertemente.  

Sentí que tenía que comprobarlo por mi amigo.

Me di cuenta de que cualquier base científica para la sanación a través de cristales tendría que requerir algún tipo de intercambio de energía entre el cristal y nuestro cuerpo.

He evaluado varios tipos de cristales y encontré que la amatista tenía el mejor campo de energía mensurable con la mayoría de los datos disponibles.

Sabía debido a la famosa ecuación de Einstein E = MC2 que nuestros cuerpos son básicamente dos tipos de matrices: una de materia (M) que es nuestra carne y hueso y otra de energía (E) que tiene un campo electromagnético cuantificable. (C es la velocidad de la luz). Sabía que los defensores de curación por cristales llamaban aura a este campo. 

El objetivo básico entonces era encontrar un mecanismo que permita a nuestros cuerpos recibir una transmisión energética desde un cristal radiante.

He leído sobre los Vedas de la antigua religión hindú y he aprendido sobre sus creencias respecto de los chakras y en especial del Chakra llamado el Tercer Ojo.

He investigado este tercer ojo y aprendí que nuestros antepasados, de hecho, tenían un tercer ojo que podía percibir frecuencias de vibraciones del entorno. Algunas criaturas primitivas que aún viven hoy en día lo tienen.  Investigaciones posteriores revelaron que el tercer ojo de nuestros antepasados había evolucionado a nuestra glándula pineal actual.

Investigué entonces que nuestra glándula pineal segrega una hormona que se ha convertido en el conductor más importante de nuestra vida cotidiana.

No necesito ninguna incentivación más de mi amigo para tratar de reunir información y compararla con la experiencia reportada por los defensores de la gemoterapia a través del tiempo

Encontré la base científica posible para este tipo de sanación y describo mi investigación junto con los resultados, paso a paso en este libro.

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Cristales Sanadores: Evidencia Científica

He escuchado toda mi vida sobre la sanación por cristales pero siempre lo consideré pura charlatanería.

Un amigo, creyente él, me pidió que echara un vistazo y encontrara la base científica de esta terapia.

Al haber cursado una carrera en ingeniería aeroespacial, él pensó que, seguramente podría encontrar la base científica de algo que él cree tan fuertemente.  

Sentí que tenía que comprobarlo por mi amigo.

Me di cuenta de que cualquier base científica para la sanación a través de cristales tendría que requerir algún tipo de intercambio de energía entre el cristal y nuestro cuerpo.

He evaluado varios tipos de cristales y encontré que la amatista tenía el mejor campo de energía mensurable con la mayoría de los datos disponibles.

Sabía debido a la famosa ecuación de Einstein E = MC2 que nuestros cuerpos son básicamente dos tipos de matrices: una de materia (M) que es nuestra carne y hueso y otra de energía (E) que tiene un campo electromagnético cuantificable. (C es la velocidad de la luz). Sabía que los defensores de curación por cristales llamaban aura a este campo. 

El objetivo básico entonces era encontrar un mecanismo que permita a nuestros cuerpos recibir una transmisión energética desde un cristal radiante.

He leído sobre los Vedas de la antigua religión hindú y he aprendido sobre sus creencias respecto de los chakras y en especial del Chakra llamado el Tercer Ojo.

He investigado este tercer ojo y aprendí que nuestros antepasados, de hecho, tenían un tercer ojo que podía percibir frecuencias de vibraciones del entorno. Algunas criaturas primitivas que aún viven hoy en día lo tienen.  Investigaciones posteriores revelaron que el tercer ojo de nuestros antepasados había evolucionado a nuestra glándula pineal actual.

Investigué entonces que nuestra glándula pineal segrega una hormona que se ha convertido en el conductor más importante de nuestra vida cotidiana.

No necesito ninguna incentivación más de mi amigo para tratar de reunir información y compararla con la experiencia reportada por los defensores de la gemoterapia a través del tiempo

Encontré la base científica posible para este tipo de sanación y describo mi investigación junto con los resultados, paso a paso en este libro.

3.99 In Stock
Cristales Sanadores: Evidencia Científica

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by Walter Parks
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He escuchado toda mi vida sobre la sanación por cristales pero siempre lo consideré pura charlatanería.

Un amigo, creyente él, me pidió que echara un vistazo y encontrara la base científica de esta terapia.

Al haber cursado una carrera en ingeniería aeroespacial, él pensó que, seguramente podría encontrar la base científica de algo que él cree tan fuertemente.  

Sentí que tenía que comprobarlo por mi amigo.

Me di cuenta de que cualquier base científica para la sanación a través de cristales tendría que requerir algún tipo de intercambio de energía entre el cristal y nuestro cuerpo.

He evaluado varios tipos de cristales y encontré que la amatista tenía el mejor campo de energía mensurable con la mayoría de los datos disponibles.

Sabía debido a la famosa ecuación de Einstein E = MC2 que nuestros cuerpos son básicamente dos tipos de matrices: una de materia (M) que es nuestra carne y hueso y otra de energía (E) que tiene un campo electromagnético cuantificable. (C es la velocidad de la luz). Sabía que los defensores de curación por cristales llamaban aura a este campo. 

El objetivo básico entonces era encontrar un mecanismo que permita a nuestros cuerpos recibir una transmisión energética desde un cristal radiante.

He leído sobre los Vedas de la antigua religión hindú y he aprendido sobre sus creencias respecto de los chakras y en especial del Chakra llamado el Tercer Ojo.

He investigado este tercer ojo y aprendí que nuestros antepasados, de hecho, tenían un tercer ojo que podía percibir frecuencias de vibraciones del entorno. Algunas criaturas primitivas que aún viven hoy en día lo tienen.  Investigaciones posteriores revelaron que el tercer ojo de nuestros antepasados había evolucionado a nuestra glándula pineal actual.

Investigué entonces que nuestra glándula pineal segrega una hormona que se ha convertido en el conductor más importante de nuestra vida cotidiana.

No necesito ninguna incentivación más de mi amigo para tratar de reunir información y compararla con la experiencia reportada por los defensores de la gemoterapia a través del tiempo

Encontré la base científica posible para este tipo de sanación y describo mi investigación junto con los resultados, paso a paso en este libro.


Product Details

BN ID: 2940152745498
Publisher: Babelcube Inc.
Publication date: 01/26/2016
Sold by: Draft2Digital
Format: eBook
File size: 5 MB
Language: Spanish
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