El Diario del Che en Bolivia
"He llegado a los 39 y se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero; por ahora estoy 'entero'."—Che Guevara, 14 de junio de 1967

Esta nueva edición del diario del que sería el último año del Che Guevara, detalla los esfuerzos del Che por dar inicio a una insurrección guerrillera contra el gobierno militar de Bolivia. El diario fue hallado en su mochila al ser capturado por el ejército boliviano en octubre de 1967. Esta nueva revisión incluye el texto de Fidel Castro “Una introducción necesaria”, en el que saca a la luz las mentiras incluidas en una edición anterior preparada por la CIA, con el objetivo de desacreditar al Che, la expedición boliviana y a la revolución cubana misma.

El Diario de Che en Bolivia nos revela a un Che más viejo, más experimentado, con su salud mermada, distinto al juvenil y exuberante del Diario de Motocicleta escrito quince años antes, o  del implacable y maduro Pasajes de la Guerra Revolucionaria: Congo, de apenas dos años antes. Aquí habla con punzante ironía al narrar los desafíos cotidianos encarados por su pequeño grupo guerrillero, los pronunciamientos del gobierno militar, así como las acciones de la enorme fuerza militar que los atacaba. La última anotación describe el día previo a la captura del Che, apenas dos días antes de su muerte.
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El Diario del Che en Bolivia
"He llegado a los 39 y se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero; por ahora estoy 'entero'."—Che Guevara, 14 de junio de 1967

Esta nueva edición del diario del que sería el último año del Che Guevara, detalla los esfuerzos del Che por dar inicio a una insurrección guerrillera contra el gobierno militar de Bolivia. El diario fue hallado en su mochila al ser capturado por el ejército boliviano en octubre de 1967. Esta nueva revisión incluye el texto de Fidel Castro “Una introducción necesaria”, en el que saca a la luz las mentiras incluidas en una edición anterior preparada por la CIA, con el objetivo de desacreditar al Che, la expedición boliviana y a la revolución cubana misma.

El Diario de Che en Bolivia nos revela a un Che más viejo, más experimentado, con su salud mermada, distinto al juvenil y exuberante del Diario de Motocicleta escrito quince años antes, o  del implacable y maduro Pasajes de la Guerra Revolucionaria: Congo, de apenas dos años antes. Aquí habla con punzante ironía al narrar los desafíos cotidianos encarados por su pequeño grupo guerrillero, los pronunciamientos del gobierno militar, así como las acciones de la enorme fuerza militar que los atacaba. La última anotación describe el día previo a la captura del Che, apenas dos días antes de su muerte.
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"He llegado a los 39 y se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero; por ahora estoy 'entero'."—Che Guevara, 14 de junio de 1967

Esta nueva edición del diario del que sería el último año del Che Guevara, detalla los esfuerzos del Che por dar inicio a una insurrección guerrillera contra el gobierno militar de Bolivia. El diario fue hallado en su mochila al ser capturado por el ejército boliviano en octubre de 1967. Esta nueva revisión incluye el texto de Fidel Castro “Una introducción necesaria”, en el que saca a la luz las mentiras incluidas en una edición anterior preparada por la CIA, con el objetivo de desacreditar al Che, la expedición boliviana y a la revolución cubana misma.

El Diario de Che en Bolivia nos revela a un Che más viejo, más experimentado, con su salud mermada, distinto al juvenil y exuberante del Diario de Motocicleta escrito quince años antes, o  del implacable y maduro Pasajes de la Guerra Revolucionaria: Congo, de apenas dos años antes. Aquí habla con punzante ironía al narrar los desafíos cotidianos encarados por su pequeño grupo guerrillero, los pronunciamientos del gobierno militar, así como las acciones de la enorme fuerza militar que los atacaba. La última anotación describe el día previo a la captura del Che, apenas dos días antes de su muerte.

Product Details

ISBN-13: 9781644210772
Publisher: Seven Stories Press
Publication date: 08/06/2024
Series: The Che Guevara Library
Sold by: Penguin Random House Publisher Services
Format: eBook
Pages: 336
File size: 4 MB
Language: Spanish

About the Author

Ernesto Che Guevara es profundamente radicalizado cuando, como un joven doctor atravesando América Latina por segunda vez, un viaje que luego describe en Diarios Latinoamericanos, presencia, primero la Revolución Boliviana, y luego, en Guatemala, el derrocamiento del gobierno democráticamente electo de Jacobo Árbenz por las fuerzas respaldadas por Estados Unidos. Luego de escapar a México, Guevara se reúne con un grupo de revolucionarios cubanos exiliados en Ciudad de México encabezados por Fidel Castro e inmediatamente se enlista en la expedición planeada para derrocar al dictador cubano Fulgencio Batista. Los cubanos le ponen el sobrenombre Che, una forma popular de dirigirse en su Argentina nativa. El grupo zarpa a Cuba el 25 de noviembre de 1956 a bordo del velero Granma, con el Che como el doctor del grupo. Dentro de pocos meses, Fidel lo designa comandante del Ejército Rebelde, aunque continúa atendiendo a los guerrilleros heridos y los soldados capturados de Batista.
El General Batista huye de Cuba el 1 de enero de 1959, luego de eso el Che se vuelve uno los líderes principales del nuevo gobierno revolucionario. También es el representante más importante de la Revolución Cubano en una escala internacional, encabezando numerosas delegaciones y ganándose la reputación de ser un apasionado y elocuente portavoz para la gente del Tercer Mundo. En abril de 1956, el Che se va de Cuba para dirigir una misión guerrillera de 200 soldados cubanos para apoyar la lucha revolucionaria en el Congo, una misión que relata en Pasajes de la Guerra Revolucionaria: Congo. El libro se caracteriza por la brutal y disciplinada honestidad del Che, mientras relata la secuencia de fracasos y callejones sin salida que caracterizaron esa misión, analizando cada una, y sin embargo nunca perdiendo de vista su optimismo innato y la claridad de su misión. Después de volver a Cuba en diciembre de 1965, el Che prepara otra fuerza guerrillera, está vez a Bolivia, adonde llega en noviembre de 1966 con una pequeña fuerza guerrillera, con la intención de desafiar a la dictadura militar del país. Lo la fuerza contrainsurgente entrenada por los Estados Unidos en octubre de 1967, y los asesinan a sangre fría el día siguiente. Sus diarios de Bolivia fueron editados y publicados bajo el título El Diario del Che en Bolivia.

Read an Excerpt


UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA
Fidel Castro

Era costumbre del Che en su vida guerrillera anotar cuidadosamente en un Diario personal sus observaciones de cada día. En las largas marchas por terrenos abruptos y difíciles, en medio de los bosques húmedos, cuando las filas de los hombres, siempre encorvados por el peso de las mochilas, las municiones y las armas, se detenían un instante a descansar, o la columna recibía la orden de alto para acampar al final de fatigosa jornada, se veía al Che —como cariñosamente lo bautizaron desde el principio los cubanos— extraer una pequeña libreta y con su letra menuda y casi ilegible de médico, escribir sus notas.

Lo que pudo conservar de esos apuntes le sirvió luego para escribir sus magníficas narraciones históricas de la guerra revolucionaria en Cuba, llenas de contenido revolucionario, pedagógico y humano.

Esta vez, gracias a aquel invariable hábito suyo de ir anotando los principales hechos de cada día, podemos disponer de una información pormenorizada, rigurosamente exacta e inapreciable de aquellos heroicos meses finales de su vida en Bolivia.

Esas anotaciones, no escritas propiamente para la publicación, le servían como instrumento de trabajo para la evaluación constante de los hechos, las situaciones y los hombres, a la vez que daban cauce a las expresiones de su espíritu profundamente observador, analítico, y muchas veces matizado de fino humorismo. Están sobriamente redactadas y poseen ininterrumpida coherencia desde el principio hasta el fin.

Téngase en cuenta que fueron escritas en los ratos escasísimos de descanso, en medio de épico y sobrehumano esfuerzo físico y de sus agotadoras obligaciones como jefe de un destacamento guerrillero en la difícil etapa de los comienzos de una lucha de esta naturaleza, que se desenvolvía en condiciones materiales increíblemente duras, lo que revela una vez más su estilo de trabajo y su voluntad de hierro.

En este Diario, al analizar en detalle los incidentes de cada día, se hacen constar faltas, críticas y recriminaciones que son propias e inevitables en el desarrollo de una guerrilla revolucionaria. En el seno de un destacamento guerrillero esas críticas se tienen que producir incesantemente, sobre todo en la etapa en que está constituido solo por un pequeño núcleo, enfrentado a condiciones materiales sumamente adversas y a un enemigo infinitamente superior en número, cuando el menor descuido o la más insignificante falta pueden resultar fatales y el jefe debe ser exhaustivamente exigente, a la vez que utilizar cada hecho o episodio, por insignificante que parezca, para educar a los combatientes y futuros cuadros de los nuevos destacamentos guerrilleros.

El proceso de formación de la guerrilla es un incesante llamado a la conciencia y al honor de cada hombre. El Che sabía tocar las fibras más sensibles de los revolucionarios. Cuando Marcos, reiteradamente amonestado por el Che, fue advertido de que podía ser expulsado deshonrosamente de la guerrilla, respondió: «¡Antes fusilado!». Más adelante dio su vida heroicamente. Similar fue el comportamiento de todos los hombres en los que puso su confianza y a los cuales se vio en la necesidad de amonestar por alguna u otra causa en el transcurso de la lucha. Jefe fraternal y humano sabía también ser exigente y en ocasiones severo; pero lo era en primer lugar y en mayor grado que con los demás, consigo mismo. Che basaba la disciplina en la conciencia moral del guerrillero y en la fuerza tremenda de su propio ejemplo.

El Diario contiene también numerosas referencias a Debray y evidencian la enorme preocupación que suscitó en el Che el arresto y encarcelamiento del escritor revolucionario a quien había encomendado una misión en Europa, aunque en el fondo habría deseado que aquel permaneciera en la guerrilla. Por eso manifiesta cierta inconformidad, y en ocasiones algunas dudas, sobre su comportamiento.

Che no tuvo posibilidad de conocer la odisea vivida por Debray en las garras de los cuerpos represivos y la actitud firme y valerosa mantenida por este ante sus captores y torturadores.

Destacó, sin embargo, la enorme importancia política del proceso, y, el 3 de octubre, seis días antes de su muerte, en medio de amargos y tensos sucesos, consigna: «Se escuchó una entrevista de Debray muy valiente frente a un estudiante provocador», siendo esta su última referencia al escritor.

Como en este Diario la Revolución Cubana y sus relaciones con el movimiento guerrillero aparecen reiteradamente señaladas, algunos pudieran interpretar que su publicación por nuestra parte constituye un acto de provocación que dará argumentos a los enemigos de la Revolución y a los imperialistas yanquis y sus aliados, los oligarcas de América Latina, para redoblar sus planes de bloqueo, aislamiento y agresión a Cuba.

A los que así juzgan los hechos, es bueno recordarles que el imperialismo yanqui no ha necesitado nunca de pretextos para perpetrar sus fechorías en cualquier lugar del mundo y que sus esfuerzos para aplastar la Revolución Cubana se iniciaron desde la primera ley revolucionaria promulgada en nuestro país, por el obvio y conocido hecho de que ese imperialismo es el gendarme de la reacción mundial, promotor sistemático de la contrarrevolución y protector de las estructuras sociales más retrógradas e inhumanas que subsisten en el mundo.

La solidaridad con el movimiento revolucionario puede ser tomada como pretexto, pero nunca será la causa de las agresiones yanquis. Negar la solidaridad para negar el pretexto es ridícula política de avestruz, que nada tiene que ver con el carácter internacionalista de las revoluciones sociales contemporáneas. Dejar de solidarizarse con el movimiento revolucionario no es negarle un pretexto sino solidarizarse de hecho con el imperialismo yanqui y su política de dominio y esclavización del mundo.

Cuba es un pequeño país de economía subdesarrollada, como todos los que fueron durante siglos dominados y explotados por el colonialismo y el imperialismo, situada solo a noventa millas de las costas de Estados Unidos, con una base naval yanqui en su propio territorio, que se enfrenta a numerosos obstáculos por llevar a cabo su desarrollo económico-social. Grandes peligros se han cernido sobre nuestra Patria desde el triunfo de la Revolución, pero no por ello conseguirá el imperialismo doblegarla, sin que deban importarnos las dificultades que una línea revolucionaria consecuente pueda conllevar.

Desde el punto de vista revolucionario la publicación del Diario del Che en Bolivia no admite alternativa. El Diario del Che quedó en poder de Barrientos, que de inmediato entregó copia a la CIA, al Pentágono y al Gobierno de Estados Unidos. Periodistas allegados a la CIA tuvieron acceso al documento en la propia Bolivia y sacaron copias fotostáticas del mismo, aunque con el compromiso de abstenerse, por el momento, de publicarlo.

El Gobierno de Barrientos y los más altos jefes militares tienen sobradas razones para no publicar el Diario, donde se puede constatar la inmensa incapacidad de su Ejército y las incontables derrotas que sufrieron en manos de un puñado de guerrilleros decididos que en unas pocas semanas le arrebató en combate cerca de doscientas armas.

Che describe además a Barrientos y a su régimen en los términos de que es acreedor con palabras que no podrán borrarse de la historia.

Por otro lado, el imperialismo tenía también sus razones: Che y su ejemplo extraordinario cobran fuerza cada vez mayor en el mundo. Sus ideas, su retrato, su nombre, son banderas de lucha contra las injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo.

En los propios Estados Unidos el movimiento negro y los estudiantes progresistas, que son cada vez más numerosos, han convertido en algo suyo la figura del Che. En las manifestaciones más combativas por los derechos civiles y contra la agresión a Vietnam, sus retratos son esgrimidos como emblemas de lucha. Pocas veces en la historia, o tal vez nunca, una figura, un nombre, un ejemplo, se han universalizado con tal celeridad y apasionante fuerza. Es que el Che encarna en su forma más pura y desinteresada el espíritu internacionalista que caracteriza al mundo de hoy y cada vez más al de mañana…

Table of Contents

Nota editorial
Mapas
Prefacio Camilo Guevara
Una introducción necesaria Fidel Castro

el diario del che en bolivia

partes militares
Instrucciones para los cuadros destinados al trabajo urbano
Comunicado No. 1. al Pueblo boliviano
Comunicado No. 2. al Pueblo boliviano
Comunicado No. 3. al Pueblo boliviano
Comunicado No. 4. al Pueblo boliviano
A los mineros de Bolivia

glosario
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