La Codependencia: como detectarla y curarla
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La Codependencia: como detectarla y curarla

by Susanne Huhn
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by Susanne Huhn

Paperback(Spanish-language Edition)

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Product Details

ISBN-13: 9788497778411
Publisher: Obelisco, Ediciones S.A.
Publication date: 09/30/2012
Edition description: Spanish-language Edition
Pages: 168
Product dimensions: 6.00(w) x 9.00(h) x 0.50(d)
Language: Spanish

Read an Excerpt

La codependencia

12 pasos para liberarse de la dependencia emocional


By BRIGITTE LANGEVIN

EDICIONES OBELISCO

Copyright © 2012 Ediciones Obelisco, S. L.
All rights reserved.
ISBN: 978-84-9777-841-1



INTRODUCTION

Sólo sé que nada me pertenece sino el pensamiento que, sin impedimentos, fluye de mi alma y todo momento favorable que el destino clemente me permite gozar profundamente

Johann Wolfgang von Goethe


Estimada lectora, estimado lector:

¿Crees que este libro es adecuado para ti? ¿Lo necesitas, te será útil? En su insuperable superventas Las mujeres que aman demasiado Robin Norwood dice: Si lees un libro de autoayuda y subrayas todos los pasajes que te ayudarían a que el otro al fin te quisiera, entonces este es el libro adecuado para ti. En este caso eres codependiente y deberías aprender a cuidarte en vez de salvar a los demás o hacer todos los esfuerzos del mundo para que te quieran.

Lo mismo se puede aplicar a este libro, siempre y cuando te atraiga su lenguaje. Si prefieres ocuparte de los problemas de los demás a satisfacer tus propias necesidades, si encuentras más explicaciones para el comportamiento de los demás de lo que a tus mejores amigos les parece aceptable, y si constatas que te preocupas por todo el mundo, pero que estás solo cuando necesitas a alguien, en este caso has encontrado el libro adecuado.

He escrito este libro con la ayuda de nuestros mensajeros luminosos, dado que yo misma he sido codependiente durante mucho tiempo y probablemente aún no esté totalmente curada. Por eso necesito la ligereza luminosa y la claridad de los ángeles para que el amor y el respeto por los demás, pero también por nosotros mismos, puedan seguir su camino.

¿Qué se entiende por codependencia? El término fue utilizado por primera vez para referirse a los familiares de alcohólicos, en el sentido de que también son dependientes. Ser codependiente significa que uno niega sus propios deseos, necesidades y los proyectos vitales para estar a disposición del adicto. Esta pauta de conducta implica todas las mentiras con las que se tapan una y otra vez la adicción de la pareja cara al exterior. El codependiente vive en función de las necesidades de su pareja, de sus padres, de sus vecinos, de la sociedad, de cualquier elemento externo, cuyo bienestar y aprobación aparentemente son más importantes que el propio. Pero también lleva implícitas todas las mentiras del codependiente acerca de sus propias necesidades, la negación de sus deseos y sueños, y una actitud de estar disponible para los demás que es a menudo percibida por el entorno como casi sobrehumana. Las causas para este tipo de conducta son conocidas en la actualidad y pueden ser diversas. Lógicamente, en primer lugar está el niño interno que demanda ser querido. Necesita mantener el control y hará todo lo posible para no ser abandonado, aún a expensas de sacrificarse por los demás hasta la autoinmolación, encubrir, mentir, engañar y convencerse a sí mismo de que está actuando correctamente. El miedo a ser abandonado es siempre tan inmenso que el codependiente prefiere abandonarse que volver a experimentar el dolor de ser abandonado por el otro. De esta forma mantiene al otro dependiente haciéndolo todo por él, lo controla mediante su disposición a estar a merced de sus necesidades y teje la telaraña de un mundo imaginario al que se aferra incluso hasta el aislamiento social total. Se aparta de aquellos amigos que no creen sus mentiras, se esconde en su casa, defiende a ultranza el mundo aparentemente ideal que ha construido. La persona codependiente sólo tiene conciencia de sí mismo a través de su relación con los demás. Apenas tiene importancia si estas relaciones son buenas o malas, lo principal es que exista algún tipo de relación. La codependencia fue descrita por primera vez por Anne Wilson Schaef en el año 1986. Argumentó que el exceso de consideración y sacrificar la propia vida no eran reacciones normales frente a una persona adicta y definió esta conducta como enfermedad y le puso nombre. La disposición a negar las propias percepciones y a adoptar la forma de pensar y sentir enfermiza de otra persona y reforzarla muestra claramente que algo no funciona correctamente en la mente del codependiente. Poco a poco el término de codependencia fue ampliándose y en la actualidad en los grupos de autoayuda se utiliza más frecuentemente que el de adicción a las relaciones.

Según la definición de Robin Norwood es «la adicción de ser necesitado». El hecho es que se trata realmente de una adicción, ya que los codependientes no pueden dejar de ofrecer a los demás su apoyo incluso siendo conscientes de que les perjudica, de que enferman. La codependencia, además, se asocia a múltiples adicciones a sustancias. Los afectados intentan aliviar el sufrimiento que causa la dependencia mediante un consumo excesivo y descontrolado de comida, alcohol y todo tipo de drogas. Su principal adicción es la relación con el otro y para conseguirla descuidan su relación consigo mismos. En algunos casos la relación con uno mismo ya era muy poco consiste o incluso inexistente. Así pues, la relación con el otro viene a sustituir la relación consigo mismo.

¿Te sucede algo parecido? En vez de estar en sintonía contigo mismo, de percibir tus propias necesidades y atenderlas, cuidas a los demás, muy probablemente tal como aprendiste de niño. Posiblemente nunca tuviste la oportunidad de establecer un vínculo sólido contigo mismo, de establecer una relación estable que como cualquier otra relación sana se fundamenta en el respeto, la confianza, la amistad y el amor. Haces todo lo posible para que el otro sea feliz, o al menos para que esté tranquilo, te traicionas hasta ser irreconocible en el intento de darle al otro, lo que la vida aparentemente no le ha dado («aparentemente» porque no conoces nada acerca de su plan divino y no puedes saber lo que le toca en esta vida y lo que no). Intentas satisfacer las necesidades de seguridad, libertad, amor, protección, comprensión de los demás, respetas sus límites pero no atiendes las tuyas propias. Y posiblemente ni tan sólo las percibas.

Quiero enseñarte un camino para que puedas aprender a actuar de otra forma en todas tus relaciones. Te animo a que tengas el valor de encontrar tu propio camino, de empezar por fin a establecer una relación auténtica contigo mismo y estar disponible para los demás en la medida que tu decidas. Por supuesto que puedes querer tanto como desees, pero desde tu propia libertad. No sólo tienes el derecho a decir «Sí» o «No», sino que esto es justamente lo que Dios espera de ti. En este libro te quiero dar recursos para recuperar tu autonomía y mostrarte cómo cuidar de ti mismo sin descuidar a los demás. Obviamente no quieres convertirte en un monstruo egoísta. Pero seguramente tampoco quieres ya servir al ego y a los miedos de los demás, sino vivir de una forma luminosa y amorosa, sentir esa luz y la vida que hay dentro de ti y no sólo a través de la relación con los demás.

¿Cómo puedes saber si eres codependiente? La CoDA (Codependientes Anónimos, la Asociación española de grupos de autoayuda), responsable en España del programa de los Doce Pasos afirma lo siguiente:


Síntomas de la codependencia

A continuación, algunas características y actitudes típicas de la codependencia:

• Tengo dificultades para identificar lo que siento.

• Me considero totalmente desinteresado y dedicado al bienestar de los demás.

• Me siento avergonzado cuando recibo reconocimiento, elogios o regalos.

• Actúo en contra de mis valores e integridad para evitar el enojo o el rechazo de otras personas.

• Soy sumamente leal y permanezco en situaciones dañinas demasiado tiempo.

• Le doy más valor a las opiniones y los sentimientos de los demás que a los míos y frecuentemente temo expresar mis opiniones y sentimientos cuando difieren de los que manifiestan los demás.

• Tengo que sentir que «me necesitan» para poder tener una relación con los demás.


¿Cómo nos convertimos en personas codependientes? En el pasado, el tuyo personal y el de la historia de la humanidad, nuestra vida dependía realmente del hecho de satisfacer a los seres jerárquicamente superiores. La arbitrariedad con la que se ejercía el poder, la forma indiscriminada con la que se repartían atención, amor y cuidados nos ha enseñado a tener un radar muy fino y nos ha dotado de la capacidad de meternos en la piel del otro para percibir sus deseos y complacerlos para mantenerle satisfecho. No hace tanto tiempo que las personas que vivían en nuestras latitudes pagaban con su vida el hecho de expresar opiniones contrarias a las del poder reinante y esto aún sigue siendo así en muchos lugares del mundo. Siempre y cuando se abusa del poder, es decir que el poder no se pone al servicio del orden divino y del propio corazón sino del propio ego, de la prepotencia y del miedo, la conducta codependiente tiene valor de supervivencia.

Lo opuesto a la codependencia es la autonomía, recorrer nuestro propio camino según nuestras necesidades. Por supuesto que tenemos que estar abiertos a compromisos y concesiones dado que somos seres sociales y vivimos en comunidad. Forma parte de nuestra naturaleza buscar y encontrar soluciones consensuadas.

En la codependencia no se buscan soluciones que satisfagan a ambas partes sino que sólo se busca contentar al otro. Se podría decir que esto es antisocial frente a uno mismo. Lo que pasa es que si nuestra identidad consiste en la relación que tenemos con los demás, no tenemos otra opción. Al depender tanto de la relación con el otro se inicia una dinámica en la que se va perdiendo progresivamente el contacto con uno mismo. Al poner el foco exclusivamente en el otro, nuestra identidad, la sensación de ser nosotros, va desapareciendo y necesitamos cada vez más de esa droga, complacer al otro, aunque de hecho no acabe de satisfacernos.

Siempre, e insisto, siempre que tengas una sensación desagradable, opresiva en el contacto interpersonal y sientas que no puedes decir libremente lo que piensas y sientes, te encuentras en un estado de codependencia. Por supuesto, existen situaciones en las que es más sensato callar que opinar. Lo que importa es que uno tenga la libertad de elección. Se trata de tener la libertad de decidir por uno mismo y autonomía para desarrollar la creatividad. La decisión de callar debe responder a un proceso de elección y no a un fenómeno de parálisis provocado por el miedo a la reacción del otro. Te propongo aprender a seguir en todo momento a tus impulsos. Los auténticos impulsos se reconocen porque se acompañan de una sensación muy vital, llena de fuerza y paz interna. La parálisis, manifestación de la codependencia, va seguida siempre de sentido de culpa, desesperación y rabia.

Hoy en día ya no nos condenan a muerte por seguir nuestro propio camino, somos seres adultos y sabemos cuidarnos. Desde el punto de vista de la historia de la humanidad hace muy poco que disfrutamos de esta libertad. Las mujeres ya no dependen de la arbitrariedad de los hombres, a no ser que tengan por pareja a un psicópata. En este caso sólo hay una salida, el alejamiento total de la persona enferma. Tampoco los hombres dependen ya de los cuidados de las mujeres, han aprendido a manejarse solos en el día a día. Las parejas se constituyen por amor y no por razones prácticas. Esto es muy reciente y podemos disfrutar de ello.


* * *

¿Qué dice el Mundo Espiritual acerca de la codependencia?

Al descender a la Tierra decidisteis serviros mutuamente con el fin de vivir vuestras experiencias. Tuvisteis que prescindir de vuestra autonomía para experimentar las consecuencias de las estructuras de poder del perpetrador y de la víctima. Pero los tiempos han cambiado y ha llegado el momento de volver a uniros con vuestro haz de luz y convertiros en creadores. Ya lo habéis aprendido todo sobre las consecuencias del abuso de poder y podéis transmutar estas experiencias en amor. Ahora podéis percibir que los viejos acuerdos de serviros mutuamente ya no tienen vigencia, ha llegado el momento de vivir vuestra propia vida. Todo lo que ha sucedido hasta ahora forma parte de vuestro camino y ahora toca seguirlo según los mandatos de vuestro propio corazón y no de los dictados de otros. Estamos a vuestra disposición y os liberamos de las consecuencias de los acuerdos sellados con amor. Inclinaros ante el destino de los demás, dejad en manos de los ángeles de la guarda todas las cargas ajenas que soportáis. A partir de ahora quedáis libres para acometer una nueva misión. Os esperan nuevas experiencias y para ellas os necesitamos como seres libres y autónomos.


* * *

Somos ángeles que hemos descendido a la Tierra y estamos acostumbrados a estar pendientes de los demás. Algunos de los contratos nos comprometían a unirnos en relaciones más estrechas de lo que hubiésemos deseado. No obstante permanecimos en ellas dado que sentíamos que había algo importante que resolver entre ambos. Nos apoyábamos a un nivel superior en el proceso de adquirir la conciencia necesaria. Si estábamos demasiado dispuestos a estar pendientes de las necesidades de los demás, no podíamos seguir nuestro propio camino, pero esto nos ha permitido aprender mucho acerca de nosotros mismos, nuestras conductas y el equilibrio de las energías.

La diferencia entre codependencia y sanación se muestra en lo siguiente:

• En la codependencia me siento bien cuando me quieres.

• Sanado me siento bien cuando me quiero a mí mismo.

• En la codependencia mis sentimientos dependen de que me valores.

• Sanado mis sentimientos dependen de mi autoestima.

• En la codependencia mi tranquilidad y paz depende de tus conflictos.

• Sanado tus conflictos no me afectan porque, aunque me importas no controlas mis sentimientos.

• En la codependencia mi autoestima depende de que resuelva tus problemas y reconozca tus pautas de conducta.

• Sanado mi autoestima se basa en la capacidad de resolver mis propios problemas y el conocimiento de mis pautas de conducta.

• En la codependencia toda mi atención está centrada en gustarte.

• Sanado me gusto a mí mismo a pesar de que pueda no gustarte.

• En la codependencia me concentro en protegerte.

• Sanado me protejo a mí mismo, aunque esto implique dejarte desprotegido; sé que eres capaz de cuidar de ti mismo.

• En la codependencia escondo mis sentimientos manipilándote para que hagas las cosas a mi manera.

• Sanado manifiesto mis sentimientos sin tener en cuenta las consecuencias.

• En la codependencia dejo de lado mis aficiones e intereses, los tuyos son más importantes.

• Sanado cultivo mis aficiones e interests a pesar de que esto implique pasar menos tiempo contigo.

• En la codependencia te obligo a vestirte, compartarte y mostrarte tal como yo quiero, pues eres mi reflejo en el espejo.

• Sanado dejo que te vistas, muestres y comportes a tu gusto, sin tener en cuenta mis preferencias.

• En la codependencia no sé lo que quiero, te pregunto a ti y sólo soy consciente de lo que tú quieres.

• Sanado no sólo conozco mis deseos y necesidades sino que también los expreso y procuro satisfacerlos.


(Continues...)

Excerpted from La codependencia by BRIGITTE LANGEVIN. Copyright © 2012 Ediciones Obelisco, S. L.. Excerpted by permission of EDICIONES OBELISCO.
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Table of Contents

Contents


Fórmula de liberación, 7,

Introducción, 9,

Los doce pasos, 29,

Primer paso: admite que has asumido una carga excesiva y que no sabes cómo deshacerte de ella, 31,

Segundo paso: reconoce que dispones de fuerzas útiles en tu vida, 37,

Tercer paso: aprende a confiar en las fuerzas que te apoyan, 49,

Cuarto paso: reconoce qué es lo que haces para sentir que no tienes valor, 61,

Quinto paso: admite ante ti mismo de qué manera te explotas más allá de tus fuerzas, 79,

Sexto paso: disponte a abandonar las viejas pautas de pensamiento y conducta, 89,

Séptimo paso: pide humildemente ser curado, 99,

Octavo paso: disponte a reparar todo el mal causado a los demás, pero ante todo el que te has causado a ti mismo, 105,

Noveno paso: date permiso para hacer las paces con el pasado y con el presente, 113,

Décimo paso: reconoce cuándo recaes en los viejos patrones de conducta y abandónalos, 127,

Undécimo paso: aprende a entrar en contacto con tu voz interior y a hacerle caso, 139,

Duodécimo paso: transmite tus conocimientos de forma cuidadosa y amorosa a todos aquellos que quieran conocerlos, 151,

Apéndice, 161,

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