La sangre

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by Benny Hinn
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by Benny Hinn

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Overview

Explica por qué la sangre siempre ha sido importante para Dios y cómo nos proporciona la promesa del Señor.


Product Details

ISBN-13: 9780718023997
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 04/08/2014
Sold by: HarperCollins Publishing
Format: eBook
Pages: 192
File size: 853 KB
Language: Spanish

About the Author

Benny Hinn nació en Jaffa, Israel. Es un notable evangelista, maestro y autor de éxitos de librería como Buenos días Espíritu Santo, La sangre y muchos otros. Su programa televisivo, "¡Este es tu día!", es uno de los programas más visto del mundo transmitido en más de doscientos países. Es un ministro internacional desde hace más de tres décadas, y ha predicado el Evangelio cara a cara y a través de la televisión a millones de personas.

Read an Excerpt

La Sangre

Experimente el Poder Que Tiene Para Transformarnos


By Benny Hinn, Miguel Mesías

Grupo Nelson

Copyright © 1994 Editorial Caribe
All rights reserved.
ISBN: 978-0-7180-2399-7



CHAPTER 1

PODER Y PROMESA


El hecho de haber crecido en Israel me ha dado un profundo aprecio y respeto por el pueblo judío. Debido a su historia, tiene un vínculo emocional a su tierra que va más allá de toda descripción. Incontables judíos también continúan con las prácticas del Antiguo Testamento, incluso hasta el día de hoy.

Mi familia, sin embargo, no era judía. Mi madre, Clemencia, era descendiente de armenios. Y mi padre, Constandi, provenía de una familia que había emigrado de Grecia a Egipto y luego a Palestina. Un añadido a mi infancia multicultural: me bautizaron en la iglesia Ortodoxa Griega, hablaba francés en la escuela, árabe en nuestro hogar y hebreo fuera de casa.

Inmediatamente después de la Guerra de los Seis Días, en 1967, mi padre reunió a nuestra familia de ocho hijos y anunció que nos iríamos a otro país. Al año siguiente llegamos a Toronto, Canadá, apenas con unas pocas posesiones terrenales. Yo tenía dieciséis años.

Entonces, en 1972, mi vida fue transformada totalmente por un encuentro con Cristo en una reunión matutina de oración conducida por estudiantes en la escuela a la que asistía. En casa, después de la escuela, abrí las páginas de una enorme Biblia negra que no había sido usada por años. Después de leer de corrido los Evangelios a lo largo de varias horas terminé diciendo en voz alta: «Jesús, ven a mi corazón».

Le doy gracias a Dios porque Él lo hizo.

Esa semana fui con mis recientes amigos cristianos a su iglesia. Una multitud de creyentes se reunía cada jueves en la catedral de San Pablo, una iglesia anglicana en el centro de Toronto.

Nunca había oído a nadie hablar tan abiertamente respecto a la sangre de Cristo. Ellos cantaban: «Oh, ¡la sangre de Jesús!» Luego oraban: «Señor, ¡cúbrenos con Tu sangre!».

Si usted ha leído mi libro Buenos días, Espíritu Santo, sabe lo que ocurrió cuando tuve un encuentro personal con el Espíritu Santo justo antes de la navidad de 1973: Transformó totalmente mi vida. Y desde aquel momento la Biblia tomó una dimensión completamente nueva. Día tras día me absorbió la Escritura; y, el Espíritu Santo se convirtió en mi amigo y guía.

Cuando empecé a aprender, desde el pecado original hasta la cena de bodas del Cordero, era como una esponja sedienta. Y cuando algo no comprendía, le pedía al Espíritu Santo que me lo revelara. Allí fue cuando me di cuenta de que la relación de Dios al hombre es sostenida por un pacto de sangre.


Días de descubrimiento

Durante esos emocionantes días de creyente joven, asistía los domingos a una iglesia que estaba pastoreada por Maxwell Whyte, un sobresaliente maestro de la Palabra de Dios. El pastor Whyte fue el ministro que me bautizó en agua y se convirtió en mi mentor espiritual.

Uno de los temas constantes del pastor Whyte era la sangre de Cristo. Los recuentos que hacía del derramamiento del Espíritu Santo, a principios de siglo, nunca se borrarán de mi memoria. Contó la historia del poderoso movimiento del Espíritu Santo que vino sobre Kilsyth, Escocia, en 1908. El pastor Whyte dijo que la visitación vino espontáneamente, como resultado del reconocimiento del poder de la sangre de Jesús. Explicó: «Un hermano llamado John Ried, sentado en medio de un grupo de oración, de repente levantó sus manos, y dijo: "La sangre de Jesús"».

De inmediato el Espíritu Santo descendió sobre la reunión, y todos los que estaban en la habitación empezaron a recibir la experiencia pentecostal. El avivamiento se esparció por toda Inglaterra.

En su libro The Power of the Blood [El poder de la sangre], el pastor Whyte relata su vida en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.

Sufrimos muchas incursiones aéreas, durante las cuales las bombas caían por todas partes. Pero fuimos capaces de acostarnos con nuestros hijos y dormir a pesar de todo eso. La protección de la sangre de Jesús era tan real que parecía como que estuviéramos durmiendo en un sólido refugio. De hecho, solíamos referimos a la Sangre como «el mejor refugio del mundo contra incursiones aéreas.


El pastor Whyte dijo que cada noche, antes de retirarse a dormir, le pedían a Dios que los cubriera a ellos, a su casa y a sus hijos con la sangre. Una noche cayeron trece bombas a menos de un kilómetro de su hogar. Aparte de daños menores que sufrió la casa, todos estuvieron a salvo.

Recuerdo que decía vez tras vez a nuestra congregación: «Nunca he sabido que haya fallado la súplica activa y audible por la sangre».

Debido a su ministerio, mi interés por el poder de la sangre de Cristo creció y se multiplicó. Y empecé a estudiarlo por mí mismo para ver lo que la Palabra realmente decía.


Él dio su vida

Muchos años más tarde, después de que llegué a ser pastor del Centro Cristiano de Orlando, Florida, Dios me dio una comprensión del pacto de sangre que cambiaría por completo mi vida y ministerio.

Un sábado por la tarde me había quedado en casa para estudiar las Escrituras respecto al pacto de sangre para poder enseñarlo a mi congregación. Estaba sentado afuera, en el traspatio, orando y estudiando. «Señor, dame un entendimiento de la sangre», le pedí. En el instante en que lo dije sentí la presencia del Señor, y empecé a llorar.

Ese día, la sangre de Cristo cobró para mí un significado completamente nuevo. El Espíritu Santo empezó a mostrarme que la sangre de Jesús representa Su vida. Me di cuenta más que nunca que cuando Cristo vertió Su sangre en el Calvario, nos dio su propia vida. Y cuando le pedimos que nos lave y nos cubra con Su sangre, experimentamos Su poder que da vida.

A través de mi ministerio he visto que los cristianos tienen un conocimiento limitado de la redención. Como resultado, no han experimentado la libertad que Dios tiene para sus vidas.

Por ejemplo, muchos creyentes me dicen que satanás continúa oprimiéndolos. Les cae como sorpresa cuando les dijo que yo no he experimentado ninguna opresión satánica desde que empecé a pedirle a Dios que me cubriera con la sangre.

Antes de ello, en ocasiones me deprimía y sentía que mi mente quedaba bloqueada. Algunas veces, cuando oraba, sentía una horrible opresión que venía sobre mí. Tenía pesadillas y, en algunas ocasiones, sentía que había algo que literalmente me asfixiaba.

Pero cuando Dios me dio esa enorme comprensión de la sangre, y empecé a pedir, mediante la oración, que la sangre me cubriera, esa «cosa» fue quebrada por completo. Han pasado años desde la última vez que tuve esa clase de ataques.

Hay poder en la sangre de Jesús. No hay duda al respecto.

Sin embargo, la sangre no tiene poder «mágico» en sí misma. Su poder procede del Señor Jesús, y El es quien actuará en su favor cuando usted se aplica Su sangre por medio de la oración.

Aplicamos la sangre de Jesús por medio de la oración y la fe. Pero es el Señor quien nos cubre; nosotros no.

¿Por qué he escrito este libro?

• Para abrir sus ojos a la importancia que Dios coloca sobre el tema del pacto de sangre.

• Para demostrar el poder de la sangre de Jesús.

• Para mostrarle cómo usted y yo podemos venir a la presencia de Dios mediante la sangre de Su Hijo.

• Para ayudarle a comprender la «gran» gracia que Dios derrama sobre nosotros debido a la sangre de Jesús.

• Para guiarle a una libertad más grande en Cristo de lo que usted jamás ha experimentado.


Este es un libro que quiero que lea con su Biblia abierta. Si Dios pone tanto énfasis en la sangre desde Génesis hasta Apocalipsis, hay un mensaje para usted en Su Palabra.


El cuadro completo

Cuando le pedí al Espíritu Santo que me diera una comprensión del pacto de sangre, tenía docenas de preguntas. Pero Él me dio las respuestas a partir de la Palabra, y quiero compartirlas con usted.

• ¿Qué quieren decir las Escrituras en Hebreos 12.24 cuando dice que «la sangre rociada que habla mejor que la de Abel»?

• ¿Por qué se rociaba siete veces con sangre al leproso (Levítico 14.7)?

• ¿Cómo puede aplicarse la sangre de Jesús a nuestras vidas hoy?

• ¿Cómo se relaciona la gracia de Dios a la sangre de Su Hijo?

• ¿Cómo puede la sangre de Cristo proveer protección para su casa y familia?

• ¿Qué enseñan las Escrituras respecto a la sangre de la cruz y al ungimiento?

• ¿Qué quiere decir Hebreos 9.12 cuando dice: «[...] por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención»?

• ¿Cómo podemos usar la sangre de Jesús para derrotar al enemigo en nuestras vidas?


Es mi oración que al continuar leyendo y comprendiendo sobre el pacto de sangre, usted experimente la maravillosa presencia de Dios.

CHAPTER 2

DESDE EL PRINCIPIO


Nuestra casa en Jaifa, Israel, parecía mucho más grande de lo que realmente era. Para aprovechar el terreno, el edificio estaba diseñado para tres familias, con un hogar separado en cada nivel.

En el piso de arriba vivía el señor Hanna y su familia. Era un libanés que se había casado con una mujer judía húngara. Pero el señor Hanna era más que vecino. Debido al lazo de amistad que se había establecido entre mi padre y él, llegó a ser un segundo padre para los ocho hijos de nuestra familia.

El señor Hanna y mi padre, Constandi, entraron en un pacto que nunca se borrará de mi memoria. Usando una cuchilla afilada como navaja de afeitar, cada uno hizo una incisión en su muñeca hasta que la sangre salió a la superficie. Luego unieron sus muñecas, apretadamente, colocando cada incisión una sobre la otra, y permitieron que la sangre se mezclara.

En la mesa, frente a ellos, había dos copas con vino. Mi papá sostuvo su muñeca sobre una de las copas y dejó que varias gotas de sangre cayeran en ella. El señor Hanna hizo lo mismo.

Luego mezclaron el vino y cada uno tomó de la copa del otro. En ese momento se convirtieron en hermanos de sangre. En la cultura oriental, y en muchos otros pueblos alrededor del mundo, es el vínculo más fuerte que jamás puede forjarse entre dos hombres.

Para esta clase de pacto, algunos orientales también firman un acuerdo escrito que dice: «Si tú quedas incapacitado para proveer para tus hijos, yo seré un padre para ellos y los sostendré. Si te enfermas o mueres, yo seré responsable por el bienestar de tu familia».

Es más que un pacto legal. Es un voto que se sella con sangre y que nunca será roto.

Cuando nuestra familia emigró de Israel a Canadá y yo me convertí en cristiano, el Espíritu Santo empezó a revelarme la Palabra de Dios. Yo había visto la influencia del pacto de sangre en la cultura oriental. Entonces el Espíritu Santo me mostró cuánto más poderoso es el pacto divino de sangre. Desde Génesis hasta Apocalipsis hay un torrente carmesí que es la fuente que da vida y poder, protección y promesa para usted y para mí hoy.


El aliento de vida

La historia de la creación en sí misma marca el principio del papel del pacto de sangre en el plan de Dios para la humanidad.

Nuestra creación fue un proceso en tres pasos.

Primero, «Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra» (Génesis 2.7). Casi puedo verle tomando un poco de lodo en Sus manos y literalmente dándole forma. Creo que en ese mismo tiempo Dios creó nuestra sangre.

Segundo, Dios «sopló en su nariz aliento de vida» (Génesis 2.7). Pienso que en ese punto nuestros espíritus llegaron a existir. Las Escrituras a menudo representan al Espíritu de Dios como Su aliento. De modo que creo que Dios como Espíritu creó nuestros espíritus.

Tercero, «y fue el hombre un ser viviente» (Génesis 2.7). Después de que el hombre recibió su cuerpo y espíritu, entonces fue un individuo distinto (o un alma).

El espíritu, cuerpo y alma que Dios creó tienen una función distinta.

• El espíritu dentro de nosotros es la parte que conoce a Dios íntimamente. Está consciente de Dios.

• Nuestro cuerpo es la concha en la cual vivimos. Está consciente del mundo.

• El alma es nuestro intelecto, voluntad y emoción. Está consciente de sí misma.


Como un arqueólogo que desentierra un tesoro escondido, me llené de júbilo al estudiar la Palabra de Dios y darme cuenta de las partes distintas que Dios creó. Mi espíritu es la parte que tiene comunión con Dios; mi ser físico es la parte que está en contacto con las cosas terrenas de este mundo; y mi alma es la parte que siente, comprende, piensa y decide.

Creo que otra cosa maravillosa ocurrió en la creación. Levítico registra: «[...] la vida de la carne en la sangre está [...]» (Levítico 17.11). Por consiguiente, cuando Dios sopló el aliento de vida en Adán, creo que se le dio vida a su sangre.

Por siglos, la ciencia médica ha estudiado las poderosas funciones de la sangre. Saben que lleva oxígeno y alimento por todo nuestro cuerpo al circular por venas y arterias. También actúa como defensa frente a la infección. Pero hay mucho más que no saben respecto a la importancia que Dios coloca sobre la sangre.


Caos en el jardín

A medida que empezamos a captar el tremendo poder del pacto de sangre, es importante recordar lo que ocurrió en el jardín del Edén. Cuando Dios creó a Adán, éste era un ser perfecto. Tenía una mente tan magnífica que pudo ponerle nombre a cada animal y recordarlos.

En aquel tiempo el primer hombre y la primera mujer vivían en perfecta armonía con Dios. El paseaba con ellos en el frescor del día. Tenían compañerismo y conocían a Dios íntimamente.

Pero un enemigo se agazapaba, acechando en el jardín.

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: «¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» (Génesis 3.1).


Satanás era astuto y engañador. Vino a la mujer con una pregunta respecto a las instrucciones de Dios en cuanto a comer del árbol. Le preguntó: «[...] ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» (Génesis 3.1).

El diablo esgrime esta arma de palabras debido a que quiere que dudemos de Dios, de su fidelidad, su amor, sus promesas y su poder. Le preguntaba a la mujer: «¿Dijo Dios realmente eso?»

La respuesta muestra que ella le creyó al tentador antes que a lo que Dios había dicho. Y desobedeció.


(Continues...)

Excerpted from La Sangre by Benny Hinn, Miguel Mesías. Copyright © 1994 Editorial Caribe. Excerpted by permission of Grupo Nelson.
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Table of Contents

Contents

Prólogo por Jack Hayford, 7,
1 Poder y promesa, 15,
2 Desde el principio, 23,
3 La cobertura, 33,
4 Un pacto eterno, 41,
5 La promesa de protección, 55,
6 La sangre aplicada, 65,
7 Limpiamiento del leproso, 79,
8 Transformado por el poder, 85,
9 Ungido de la cabeza a los pies, 93,
10 Su pasado sepultado, 101,
11 Comprado por precio, 111,
12 Nuestro mediador, 119,
13 Sublime gracia, 129,
14 La mano del padre, 147,
15 Su nueva familia, 157,
16 El gran sello, 167,
17 La comunión en la comunión, 175,
Notas,

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