Antes de que oprima enviar: Previniendo dolores de cabeza y de corazón

Antes de que oprima enviar: Previniendo dolores de cabeza y de corazón

by Emerson Eggerichs
Antes de que oprima enviar: Previniendo dolores de cabeza y de corazón

Antes de que oprima enviar: Previniendo dolores de cabeza y de corazón

by Emerson Eggerichs

Paperback

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Overview

Cada día tenemos el potencial de cometer errores al hablar y al escribir. Este libro trata de evitar los malos entendidos y facilitar compresión en la comunicación. Este libro trata acerca de cuatro cosas que debemos considerar antes de comunicar.

¿Cuándo aprenderemos? A diario encontramos nuevos casos en los que las personas actuan antes de pensar solo para luego arrepentirse. Las redes sociales lo dicen: ¡se trata de socializar! Los métodos de comunicación actuales permiten la transmisión potencial de cualquier cosa desde Pekin, Illinois a Pekín, China. Pero no sólo los fanáticos de Twitter pueden tener este problema. Cada uno de nosotros es capaz de caer presa de esta creciente plaga.

Tenemos el potencial de cometer errores al hablar y al escribir. Es el mismo caso si hablamos con un extraño en la carnicería, o por teléfono con nuestra madre, o si enviamos un correo electrónico a un colega; podemos tener y en efecto tenemos problemas de comunicación y las personas podrían percibir una idea errónea. Cuando no pausamos lo suficiente para pensar antes de hablar o escribir, a menudo se produce un malentendido y causa una discusión. Terminamos siendo la persona que dice, «¿Conoce esa parte del cerebro que nos impide decir algo que no debemos? Bien, yo no la tengo».

Este libro trata de evitar los malos entendidos y facilitar la compresión en la comunicación. Dicho de otra manera, trata de anticiparse a que las personas reciban la idea equivocada y les permita obtener la idea correcta!

Todos necesitamos trabajar en esta área de forma más intencional. Partiendo de ejemplos externos a conflictos internos, este libro trata las cuatro cosas que debemos pensar antes de comunicar. Es sabio hacernos las siguiente preguntas antes de decir o escribir:

• ¿Es verdad?

• ¿Es cordial?

• ¿Es necesario?

• ¿Es claro?

Cuando respondemos honestamente a estas cuatro preguntas, pensamos sabiamente antes de hablar. Pero para una exploración más profunda, necesitamos conocer más acerca de nosotros mismos y descubrir por qué consciente y subconscientemente caemos en estos problemas de comunicación en un inicio. Puede que nos soprenda lo que descubramos sobre nosotros mismos. ¿Comenzamos?

Every day we have the potential of both verbal and written blunders. This book is about preventing that misunderstanding and allowing for understanding. Before You Hit Send is about four things we must think through before communicating.

When will we learn?

With every sunrise we are given plenty of new examples of people “Hitting Send” and soon regretting it. Social media means what it says: it is social! Our methods of communication today allow for something to potentially be broadcast to everyone from Pekin, Illinois to Peking, China. But it’s not only Twitter fanatics who can find themselves in trouble. Every single one of us is capable of falling prey to this growing plague.

This book is about preventing that misunderstanding and allowing for understanding. Said another way, preempting people from getting the wrong idea and enabling them to get the right idea! We all need work in this area in far more ways than just glancing through a checklist.


Product Details

ISBN-13: 9781418597641
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 12/26/2017
Pages: 240
Product dimensions: 5.40(w) x 8.30(h) x 0.80(d)
Language: Spanish

About the Author

En su calidad de investigador, el doctor Emerson Eggerichs, quien tiene un Doctorado en Filosofía con especialidad en Ecología Infantil y Familiar otorgado por la Universidad del Estado de Michigan, se ganó los testimonios de miles de madres después del lanzamiento de su obra best seller del New York Times Amor y Respeto. Estas madres reportaron consistentemente que cuando aplicaban a sus hijos varones el aspecto de respeto que contenía el mensaje obtuvieron unos resultados significativos. Emerson y su esposa Sarah presentan en distintos lugares de la nación una serie de Conferencias sobre Amor y Respeto en el matrimonio y en la educación de los hijos. Emerson también ha dado conferencias a grupos de la NFL, la NBA, la PGA, los Navy Seals y miembros del Congreso. Durante casi veinte años, fue el Pastor Principal de la iglesia Trinity, en East Lansing, MI. Él y Sarah han estado casados desde 1973 y tienen tres hijos adultos. Emerson también cuenta con una Licenciatura en Artes con especialidad en Estudios Bíblicos, otorgada por el Wheaton College, una Maestría en Artes con especialidad en Comunicación, otorgada por la Escuela Graduada del Wheaton College y una Maestría en Divinidades otorgada por el Seminario Teológico de la Universidad de Dubuque.

Read an Excerpt

CHAPTER 1

¿ES VERDAD?

Meditación bíblica acerca de hablar la verdad

• Efesios 4.25 — Por tanto, dejando a un lado la falsedad, hablen verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.

• Colosenses 3.9 — Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos.

• Tito 1.2 — Dios, que no miente.

• Hechos 5.3-4 — Pero Pedro dijo: «Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del terreno? Mientras estaba sin venderse, ¿no te pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste (pusiste) este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios».

• Apocalipsis 14.4-5 — Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados (comprados) de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha

• Proverbios 12.19 — Los labios veraces permanecerán para siempre, Pero la lengua mentirosa, sólo por un momento.

• Proverbios 12.22 — Los labios mentirosos son abominación al Señor, Pero los que obran fielmente son su deleite.

• Proverbios 19.5 — El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras no escapará.

• Proverbios 21.6 — Conseguir tesoros con lengua mentirosa es un vapor fugaz, es buscar la muerte.

• Salmos 35.20 — Porque ellos no hablan paz, sino que piensan palabras engañosas contra los pacíficos de la tierra.

¿Es verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, por la gracia de Dios?

En Grandes esperanzas de Charles Dickens, leemos: «"Puedes estar seguro de algo, Pip", dijo Joe después de reflexionar un rato, "y es que las mentiras no son más que mentiras. Siempre que se presentan no deberían hacerlo"».

El sistema judicial de los Estados Unidos revela tres «modalidades» de mentiras. Se pregunta a los testigos, a medida que levantan la mano derecha y ponen la izquierda sobre una Biblia: «¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, por la gracia de Dios?».

Bajo pena de perjurio, la persona debe evitar tres maneras de mentir. Primero, no comunicar lo que sabe o cree que es falso. Eso es no decir la verdad. Segundo, no comunicar una verdad a medias. Una verdad a medias engaña. Tercero, no mezclar toda la verdad con mentiras porque pone en duda toda la verdad.

Por desdicha, a menos que se les haya pedido que juren bajo pena de perjurio, algunas personas son propensas a mentir. La naturaleza humana posee esa inclinación. Un colega me mandó un correo electrónico: Mentir ocurre libremente. Yo lo hago. Otros lo hacen. Parece que todos mienten. Es más fácil no decir la verdad. Supongo que esas personas no encuentran agradable mentir, solamente les resulta habitual.

Si les descubren en una mentira, la corte ya no los acepta como testigos. ¿Quién puede creer a los mentirosos después de sorprenderles en una mentira? Por mentir una vez ante la corte, mienten dos veces porque han jurado decir la verdad. Incluso si ahora dicen la verdad, el juez y el jurado ya no confiarán en ellos. Algunos piensan que está bien decir mentiras siempre y cuando creamos que se hace por necesidad y bondad.

Sin embargo, mentira es mentira, así como una rosa es una rosa a pesar de cómo se la llame. No importa cuán compasivo se sienta uno al decirla, al fin alguien descubre la mentira.

El renombrado investigador médico John Ioannidis ha propuesto lo mejor y excepcional de la academia. «Su modelo reveló, en diferentes campos de la investigación médica, las valoraciones erróneas ... ochenta por ciento de los estudios no planeados (en gran medida los del tipo más común) resultaron incorrectos, así como también veinticinco por ciento de los realizados con las mejores pruebas supuestamente disponibles, y diez por ciento de los practicados con planeamiento extenso». De las cuarenta y nueve piezas principales estudiadas que impactaron al campo médico como ninguna de las otras piezas investigadas y mencionadas numerosas veces alrededor del mundo, treinta y cuatro volvieron a probarse, de las cuales catorce ¡resultaron incorrectas!

«Estos fueron los artículos que ayudaron a aumentar la popularidad de la propagación de los tratamientos como la terapia de reemplazo de hormonas para mujeres con menopausia, la vitamina E para reducir el riesgo de enfermedades cardiacas, la colocación del estent coronario para evitar ataques al corazón, e ingerir una dosis diaria baja en aspirina para controlar la presión sanguínea y prevenir ataques al corazón y derrames». Ioannidis cree «que los investigadores con frecuencia manipulan los análisis de datos, buscando resultados que impulsen sus carreras en vez de usar la ciencia con sinceridad, empleando incluso el proceso de verificación de sus colegas — mediante el cual los periodistas piden a los investigadores que los ayuden para decidir cuál de los estudios deben publicar —, para suprimir de este modo las opiniones contrarias».

No importa si nuestro cambio se debe a nuestra compasión o al avance de nuestra carrera o a la eliminación de posiciones opuestas; es poco conveniente cuando rehusamos decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Abraham Lincoln escribió: «La falsedad ... es el peor enemigo que uno pueda tener. La verdad es el mejor amigo, pese a las circunstancias».

La importancia de comunicar la verdad

Durante los años 1800, un joven africano en su temprana adolescencia se paró sobre un pedestal de madera para ser vendido al mejor postor entre varios dueños de esclavos. Antes que comenzara la subasta, uno de los dueños acercándose al joven esclavo, le preguntó: «Si te compro, ¿serás honesto?». El esclavo replicó con respeto: «Seré honesto, pese a que me compre o no».

Unos años atrás cuando escuché que alguien contaba esa historia, tuve una repentina «revelación». El ejemplo de ese joven esclavo afectó profundamente mi pensamiento. Él se proponía ser honesto independientemente de las personas o las circunstancias. Era un individuo creado a la imagen de Dios que tenía la libertad de vivir según el código moral establecido por Dios, y nadie podía obligarlo para que hiciera lo contrario. Había decidido ser íntegro. Puede que fuera un esclavo, víctima de un acto de corrupción, pero rehusó ser esclavo de las mentiras. Por su extraordinario ejemplo pude concluir que otras personas no pueden obligarme a mentir, hacerlo revela mi elección. Este es un asunto del corazón.

Jesús dijo: «¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas ...» (Mateo 12.34-35). En otras palabras, la boca habla lo que es bueno y decente porque tiene un corazón bueno. Aunque Jesús reconoció la condición pecaminosa y caída de cada persona, y la necesidad de confiar en él cómo Salvador, no dudó en especificar que algunas personas tienen «corazón bueno». Leemos en Lucas 8.15: «Pero la semilla en la tierra buena, son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia».

Por otro lado, la mentira muestra un corazón malo, nuestra naturaleza oscura. En Juan 8.44, Jesús dijo a los fariseos: «Ustedes son de su padre el diablo y quieren hacer los deseos de su padre. Él ... no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira».

Según Jesús, la mentira surge de nuestra propia naturaleza. A modo de analogía, ¿qué queda cuando un borracho que se roba un caballo decide dejar de beber? Un ladrón de caballos. Su naturaleza mala permanece.

¿Cómo sabemos si la mentira está en nuestra naturaleza? Tenemos nuestro precio, de modo que mentiremos cuando lo sepamos. En la Biblia, Ananías deseaba suscitar en la iglesia primitiva la misma impresión que causó Bernabé (Hechos 5). Bernabé vendió parte de una propiedad y entregó todo el dinero a la iglesia. Ananías quería deslumbrar a la nueva comunidad de la misma manera. Deseaba recibir el mismo reconocimiento que la iglesia le otorgó a Bernabé. Sin embargo, Ananías ideó cómo evitar el mismo sacrificio. Vendió una parte de su propiedad por cierta cantidad, supongamos que acorde al valor de nuestra economía actual, la propiedad costaba

250 mil dólares. Sin embargo, Ananías dijo a los líderes de la iglesia que la vendió por 150 mil dólares y que entregaba todo el dinero a la iglesia. La verdad es que Ananías retuvo 100 mil dólares para sí mismo. Ananías comprometió su integridad por un precio y, en consecuencia, Dios le quitó la vida y también la vida de su esposa Safira, que convino en mantener la mentira.

¿Tenemos un precio? ¿A qué precio haríamos concesiones con la integridad de nuestro carácter?

La regla de oro de la comunicación verdadera

Hace poco hablé con un amigo que se enteró por un mecánico que su vehículo tenía un problema serio, por lo cual ya no tendría valor. Si mi amigo decidía hacer reparar el vehículo, el taller mecánico tendría que dar una copia de las fallas previas del vehículo al registro público de Carfax. El gerente le dijo: «En cuanto a las reparaciones, si las notifica a Carfax las personas no querrán comprarlo. Por otro lado, si no hacemos la reparación, puede vender el vehículo sin que el comprador conozca el problema grave que tiene, puesto que no aparecerá en el registro público de Carfax». Mi amigo preguntó qué debía hacer. Le respondí: «Bueno, la respuesta es muy fácil. Si fueras el comprador y el vendedor no te contara la verdad acerca de este vehículo, te enojarías mucho cuando se des- componga y deje de funcionar en la carretera en una tráfico intenso. He descubierto que la honradez es la mejor política incluso si a corto plazo resultara más cara».

La regla de oro dice: «Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes» (Lucas 6.31). ¿Quiere saber cómo comunicarse con la verdad cada vez? Pregúntese a sí mismo una variante de la regla de oro: ¿Estoy a punto de comunicarme con los demás como quiero que se comuniquen conmigo?

Encuentro fascinante que algunas personas, algunas muy inteligentes, hacen concesiones en este punto. Quieren ser tratadas según la regla de oro de la comunicación verdadera, pero no quieren someterse a ellas. Ignoran totalmente su propia hipocresía. Paul Grice, uno de los grandes filósofos de la conversación, ha fomentado varios dichos sobre la comunicación como: «No digas lo que creas que sea falso». Al respecto un académico comentó: «Estas máximas podrían entenderse mejor explicando las suposiciones que normalmente se hacen los oyentes sobre cómo hablarán los conferencistas, en vez de recomendaciones del modo en que uno debería hablar ... "Aunque Grice las presentó en forma de pautas para comunicarse con éxito ... se interpretan mejor como suposiciones ... que nosotros como oyentes confiamos y que los conferenciantes aprovechan"» (Bach 2005).

¿Ha captado el punto? Cuando otros nos hablan, esperamos que digan la verdad; pero, cuando nosotros hablamos, nos reservamos la opción de mentir. En otras palabras, no me mienta, pero yo puedo mentirle. ¿Acaso somos más importantes que los demás?

Cuando las circunstancias se ponen tensas y sentimos que por decir la verdad perderemos o no ganaremos algo, ¿damos una información falsa para proteger nuestros intereses? ¿Inventamos una verdad y engañamos a las personas? ¿Fracasamos y comprometemos la verdad? ¿Fallamos en decir lo que sabemos es correcto? O, ¿nos comprometemos a hacer lo que sabemos es correcto: decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, por la gracia de Dios?

Si sabemos que la comunicación veraz debe ser recíproca, ¿entonces por qué rechazamos la regla de oro de la comunicación veraz y mentimos a las personas cuando esperamos que ellas sean veraces con nosotros? Consideremos varias «razones».

¿Por qué comunicamos lo que no es verdad?

Unos años atrás un amigo me preguntó; «¿Sabes el significado de racionalizar? Significa mentira razonable». Este concepto capta bien la verdad de por qué mentimos. ¡Tenemos nuestras razones!

La dificultad es que muchas veces pensamos antes de hablar (o de pulsar enviar); queremos comunicar la verdad, pero permitimos que otros factores nos hagan cambiar de opinión. Le invito a considerar veinte mentiras razonables. ¿Se identifica usted con alguna de ellas? ¿Es esto lo que se dice a sí mismo — y a otras personas — en cuanto a por qué a veces no dice la verdad? Veamos cada una brevemente.

EL TEMEROSO: Sinceramente, temo las consecuencias de los errores pasados, por lo tanto los encubro.

EL EGOÍSTA: ¿Qué puedo decir? Mentir funciona a mi favor, contribuye a mis planes.

EL EVASIVO: Si otros no saben lo que hice mal, habrá menos problemas en general.

EL ORGULLOSO: Necesito presumir mejor de lo que soy para que otros tengan buena impresión de mí y les agrade.

EL OPORTUNISTA: Miento porque en el momento es más rápido y fácil.

EL SENTIMENTAL: Si siento que es cierto, lo digo. No necesito saber todos los pormenores cuando siento que estoy en lo cierto.

EL DISTRAÍDO: No sabía que lo que dije era erróneo; todos cometen errores.

EL ADULADOR: Quiero ser sincero y discreto, pero los elogios fingidos me resultan mejor.

EL ILUSO: Algunos afirman que me miento a mí mismo. Sin embargo, eso es mentira. Soy ciento por ciento sincero conmigo mismo.

EL CAMALEÓN: Para evitar conflicto, transformo mis creencias para adecuarme a mi auditorio, lo cual les place.

EL ATRAPADO: No es mi culpa. Fui engañado para jurar confidencialidad y transmití una mentira.

EL PROTECTOR: Me siento responsable de proteger los intereses de otros, aunque tenga que mentir en el proceso.

EL CRÓNICO: Siempre he mentido, aun cuando sea mejor decir la verdad. Algo me domina.

EL IMITADOR: En realidad no tengo interés en mentir, pero todos mienten y por eso miento también.

EL PERSISTENTE: Miento para mantener las mentiras que dije; lamentablemente, las mentiras engendran mentiras.

EL AVERGONZADO: Me siento humillado por las cosas malas que cometí, por eso miento para aparentar que soy bueno.

EL QUE JURA: Admito que manipulo la verdad; juro por Dios para que otros crean lo que estoy diciendo.

EL ASTUTO: Soy inteligente, conservo ambas cosas: las mentiras y la verdad. Es fácil librarse con la mentira.

EL LOCUAZ: Me resulta fácil y divertido tergiversar las palabras, usando doble sentido para engañar.

EL CAUTIVADOR: Francamente, considero engañar a otros como un juego estimulante y divertido.

El temeroso

Con frecuencia tememos que perderemos el favor si hablamos lo que es negativamente cierto, ya sea acerca de nosotros o de otra persona. Los temerosos guardan silencio en cuanto a la verdad.

¿Alguna vez ha notado que el temor impulsa a decir las siguientes mentiras? Decidimos decir o hacer algo contrario a la verdad para impedir que nuestros temores se vuelvan una realidad.

• Mentí respecto a la situación porque temía que mi esposa se divorciaría de mí.

• Si no miento acerca de este nuevo producto en la página web de la compañía, temo la ira de la gerencia.

• Mentí acerca de la propuesta y la fecha límite al decirle al probable cliente lo que deseaban oír por temor a que no me contratarían.

• Mentí acerca de mis credenciales en mi currículo de vida por temor a que no me concedieran una entrevista.

• Mentí a mi jefa en el informe porque temía un conflicto con ella.

• No dije toda la verdad cuando envié el tuit acerca del candidato que detesto porque temía que toda la verdad le haría lucir bien y ayudaría a su elección, y después él autorizaría leyes contrarias a mis intereses sociales.

• Mentí en Facebook acerca del exótico viaje al Asia por temor a que no me consideraran importante y feliz si realmente conocieran acerca de mi vida diaria.

El egoísta

Un compañero de trabajo es candidato para recibir la misma promoción que usted quiere, pero solamente uno puede recibirla. Lamentablemente, el presidente de la compañía le pide a usted si puede proveer información a ese compañero acerca de un proyecto. Si le presta la ayuda, le facilita el éxito a ese compañero y daña las posibilidades que usted tenga de avanzar; por eso finge ignorancia. «Lo siento, no tengo esa información».

O, quizás, a fin de ganar la empatía de sus amigas, que usted considera muy importante, cuenta solamente parte de la historia sobre la pelea con su esposo. Describe en detalle lo malo que hizo él y nada de lo que hizo usted, que provocó la reacción negativa de su esposo.

Todos somos capaces de manipular la información con fines egoístas, dando a otros información imprecisa para avanzar nuestros intereses y suprimiendo a los que podrían bloquear nuestro progreso. Cuando ambicionamos tanto algo, y vemos una oportunidad de que no nos descubran, somos tentados a mentir para obtenerlo.

(Continues…)



Excerpted from "Antes De Que Oprima Enviar"
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Excerpted by permission of Grupo Nelson.
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Table of Contents

Introducción: Verdad, bondadoso, necesario, claro, ix,
1. ¿Es verdad?, 1,
2. ¿Es bondadoso?, 55,
3. ¿Es necesario?, 109,
4. ¿Es claro?, 155,
Epílogo: Después de que oprima enviar, 197,
Reconocimientos, 206,
Apéndice, 208,
Notas, 211,
Acerca del autor, 217,

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