Los primeros evangelizadores de la iglesia fueron grandes apologistas, capaces de defender su fe y sus creencias y aun de persuadir a los paganos; seguidores de cultos y religiones extrañas y politeístas.
Los primeros cristianos sufrieron largos años de persecuciones religiosas y martirios; eventualmente no sólo lograron la tolerancia, sino que la fuerza del evangelio y de los evangelizadores llegó a convertir la fe en instrumento de unión universal. Tan poderosa fue la fe cristiana que se convirtió en la religión del mundo occidental.
El tiempo hizo que la apologética se hiciera cada vez menos necesaria. Cuando la religión fue común a todos los pueblos del mundo conocido, dio paso al trabajo pastoral y a una iglesia más pasiva.
A pesar de lo que ha significado en los últimos 500 años, en términos doctrinales, la reforma protestante; la iglesia católica ha seguido concentrando sus esfuerzos en el trabajo pastoral.
Muy pocos católicos entienden a plenitud las doctrinas de su iglesia y casi ninguno ha sido preparado para el debate apologético. La iglesia católica mantiene la posición de no proselitismo frente a los hermanos separados. Esa posición ha hecho a los fieles católicos a menudo víctimas de su poca preparación. La mayor parte ignora aun los fundamentos bíblicos de sus creencias.
En el presente ensayo se presentan algunas de las principales doctrinas católicas, a la luz de la palabra; única perspectiva aceptada por todos los cristianos.
