La lectura de un manuscrito prende un fuego voraz en la memoria de Zuni, Adrián y Migue, y despierta en los tres hermanos una necesidad impostergable de cotejar lo que cada quien recuerda sobre hechos de su vida en común que siempre estuvieron velados por el misterio y la censura, o se envolvieron en un ominoso silencio.
Tras una ausencia de veinte años, desde su último encuentro en la vieja casa de sus padres, deciden festejar juntos las Navidades y fin de año de entrada a un nuevo milenio; una forzada réplica de aquellas cenas familiares que recuerdan de sus tiempos más felices; la infancia juntos.
Zuni, la anfitriona, prepara el encuentro embriagada de nostalgia y poseída de un renovado amor por sus hermanos, a la vez que se busca a sí misma en esta indagación: ¿quién fue y quién es Kali, la oscura?
Algo sabemos, Zuni y Kali son la misma persona, y una tercera: la narradora de esta historia, mordaz, amorosa y amoral a la vez, siempre en busca del equilibrio que le permita estar a la distancia adecuada de los hechos y sus actores mientras hurgan en un pasado ya confuso, lejano, pero que alberga las claves para mitigar la soledad del presente y cimentar un futuro.
Kali, la oscura, segunda entrega de la Trilogía de la Isla Grande -a la que precedió Barcos que se cruzan en la noche- narra este encuentro, que más que revivir el pasado, llevará a sus protagonistas a sellar un 'verdadero pacto de sangre' que vuelva a reunirlos, ahora sí, para siempre.