Difícil de creer: El alto costo e infinito valor de seguir a Jesús

Difícil de creer: El alto costo e infinito valor de seguir a Jesús

by John MacArthur
Difícil de creer: El alto costo e infinito valor de seguir a Jesús

Difícil de creer: El alto costo e infinito valor de seguir a Jesús

by John MacArthur

Paperback(Spanish-language Edition)

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Overview

La creencia popular acerca de Jesucristo es la de un hombre gentil y de buen carácter que caminó en esta tierra, ofreciendo a sus seguidores pequeñas enseñanzas de sabiduría. Pero a veces fallamos en reconocer que si bien Jesucristo ofreció un mensaje de perdón, también habló de una manera exigente y desafiante acerca de lo que significa ser un seguidor de Cristo.

En contraste con la superficialidad de muchas enseñanzas cristianas modernas, el doctor John MacArthur provee la verdad irrefutable de las enseñanzas y la vida de Jesús. En términos simples y convincentes, él presenta claramente qué es requerido de aquellos que lo seguirían. Yendo más allá de la crucifixión y resurrección de Jesús, MacArthur muestra a los lectores cómo Jesús, haciendo el último sacrificio por la humanidad, modeló el compromiso y la obediencia amorosa que él requiere de nosotros.


Product Details

ISBN-13: 9780881137873
Publisher: Grupo Nelson
Publication date: 03/29/2004
Edition description: Spanish-language Edition
Pages: 256
Product dimensions: 5.25(w) x 8.00(h) x 0.75(d)
Language: Spanish

About the Author

Dr. John MacArthur es un reconocido líder cristiano a nivel internacional. Es pastor y maestro de Grace Community Church en Sun Valley, California. Siguiendo los pasos de su padre, el doctor Jack MacArthur, John representa cinco generaciones consecutivas de pastores en su familia. El doctor MacArthur también es presidente de The Master's College and Seminary y se le escucha diariamente en «Gracia a Vosotros», una transmisión radial distribuida a nivel internacional. Él ha escrito y editado muchos libros, incluyendo el ganador del premio Medallón de Oro, La Biblia de Estudio MacArthur. Una de sus obras recientes es Jesús al descubierto.

Read an Excerpt

Difícil de Creer


By John MacArthur

Grupo Nelson

Copyright © 2011 Grupo Nelson
All right reserved.

ISBN: 978-0-88113-787-3


Chapter One

Gran sabor, menos llenura

La primera función de un mercadeo exitoso es dar a los consumidores lo que quieren. Si quieren hamburguesas más grandes, hagan más grandes sus hamburguesas. ¿Bebidas con seis sabores de frutas? Hecho. ¿Minifurgonetas con diez portavasos? Póngales veinte. Hay que mantener satisfecho al cliente. Hay que modificar el producto y su mensaje para que supla sus necesidades si quiere establecer mercado ymantener a raya a la competencia.

Hoy dia, esta misma mentalidad consumista ha invadido al cristianismo. ¿Dicen que el culto de la iglesia es demasiado largo? Pues acortémoslo (cierto pastor garantiza que sus sermones ¡nunca duran más de siete minutos!) ¿Demasiado formal? Vístase con ropa deportiva. ¿Demasiado aburrido? ¡Espere a oír nuestra banda de música!

Y si el mensaje es demasiado agresivo, acusador o exclusivista, que asusta, que es increíble, difícil de entender, o demasiado lo que sea para su gusto, hay iglesias por todas partes que están ansiosas de ajustar ese mensaje para que usted se sienta más cómodo. En esta nueva versión del cristianismo usted es socio del equipo, diseñador de la vida de la iglesia, y se deja por fuera toda autoridad anticuada, los sentimientos de culpabilidad, la responsabilidad y los absolutos morales.

Una iglesia envió hace poco una circular prometiendo «atmósfera informal y reposada con buena música de nuestra banda», y que los que asistan, «aunque usted no lo crea, se divertirán». Esto sería excelente si se tratase de un café o algo por el estilo, pero quienquiera que pretenda llamar a las personas al evangelio de Jesús con tales cosas como prioridades, las llama a una mentira.

Es cristianismo para consumidores: cristianismo ligero, redirección, cristianismo diluido e interpretación errónea del evangelio bíblico, en un intento por hacerlo más digerible y popular. Sabe muy bien al tragarlo, y cae bien. Parece que amortigua lo que siente, y le rasca donde pica; está hecho a la medida de sus preferencias. Pero esa ligereza jamás le llenará con el evangelio verdadero y salvador de Jesucristo, porque está diseñado por el hombre y no por Dios, y es vacío y no sirve para nada. A decir verdad, es peor que inútil, porque los que oyen el mensaje del cristianismo ligero piensan que están oyendo el evangelio y creen que están siendo rescatados del castigo eterno, cuando en verdad están siendo trágicamente descarriados.

EL FALSO EVANGELIO DE LA AUTOESTIMA

El verdadero evangelio es un llamado a negarse a uno mismo. No es un llamado a la autorrealización. Eso lo pone contra la proclamación contemporánea del evangelio, en la que los ministros ven a Jesús como un genio utilitario. Uno frota la lámpara, Cristo sale y le dice que puede tener lo que se le antoje; uno le da la lista, y él lo cumple.

El defender el verdadero evangelio me ha puesto en una posición bastante difícil frente a algunos colegas que no quieren tomar la Biblia en serio. Siempre digo que las personas que pastoreo en mi iglesia, Grace Church [Comunidad de la Gracia], deben tener un corazón dispuesto a someterse a la Palabra de Dios, porque ese es el mensaje, sin adornos ni adulteración, que van a recibir cada vez que asistan. Si no están dispuestos a enfrentarse a la dura verdad de la convicción por sus pecados, la realidad dura y perturbadora de la negación propia, y las duras demandas de seguir a Cristo, no van a quedarse por mucho tiempo.

Algunos que forman parte del evangelicalismo le dirán que Jesús solo quiere que a usted le vaya bien, y que si no le va bien es porque usted no ha presentado su boleto de lotería espiritual. Si no es rico, es porque no lo ha reclamado. Jesús quiere que usted esté libre de deudas, y si manda a los televangelistas suficiente dinero, ese acto de fe lo libertará del demonio de la deuda. Su salvación por medio de Cristo es garantía de salud, riqueza, prosperidad y felicidad.

Los evangélicos que se adhieren a la psicología antropocéntrica (centrada en el ser humano) le dicen que Jesús le da paz, que Jesús le da alegría, que Jesús le hace mejor vendedor y también que Jesús le ayuda a lograr más jonrones. Jesús realmente quiere que usted se sienta muy bien con respecto a usted mismo. Quiere elevar su propia imagen. Quiere poner fin a su pensamiento negativo.

Es interesante ver cómo esta tendencia se ha introducido en la iglesia cristiana. He vivido suficiente para verlo llegar. Ha florecido, a mi modo de ver, más marcadamente mediante el esfuerzo del personaje religioso siempre presente en la pantalla chica: Robert Schuller, y un libro que él escribió hace varios años titulado Self-Esteem: The New Reformation [Autoestima: La Nueva Reforma]. Hice una reseña de ese libro para una revista nacional. Pensé que el punto de vista de Schuller era crucial, literalmente, como el título lo dice, un intento por promover una nueva reforma. Era un esfuerzo por reemplazar el evangelio bíblico con un nuevo evangelio. Y dio resultado.

En ese libro Robert Schuller atacaba la Reforma protestante y al proclamar una nueva reforma escribió: «Es precisamente en este punto que la teología clásica ha errado por su insistencia en que la teología debe ser "teocéntrica", y no homocéntrica». Asíque, según Schuller, lo primero que hay que hacer es poner punto final a la teología clásica, centrada en Dios, y reemplazarla con una teología centrada en el hombre.

Para definir la teología homocéntrica (que es una perogrullada), escribió luego: «Este plan maestro de Dios está diseñado alrededor de las necesidades más hondas de los seres humanos: dignidad propia, valía propia, estima propia». Para Schuller, la perla de gran precio es el respeto propio y la estima propia. Luego sigue diciendo: «El éxito se debe definir como la dádiva de la autoestima que Dios nos da como recompensa por nuestro servicio sacrificial para levantar la estima propia de otros. De todos modos, si seguimos el plan de Dios lo más fielmente que podamos, nos sentiremos bien respecto a nosotros mismos. ¡Esto es éxito!»

Discúlpenme si no me uno. No puedo pensar en ningún plan con el que menos quisiera asociarme.

En esta nueva reforma de la autoestima, lo primero que se exige es bajar a Dios de su lugar supremamente elevado para asíuno poder elevarse y reemplazar la teología que exalta a Dios con una psicología de autoestima que exalta al hombre. Para que esto resulte hay que alterar e interpretar erróneamente la Biblia y el evangelio, con el fin grandioso de hacer que las personas se sientan bien en cuanto a símismas, para que asípuedan cumplir sus sueños y poner en práctica sus visiones.

Tal vez la afirmación más asombrosa en Autoestima: La Nueva Reforma es la siguiente: «Tan pronto una persona cree que es un "pecador indigno", es dudoso que pueda aceptar sinceramente la gracia salvífica que Dios ofrece en Jesucristo». Asíque, si uno quiere alcanzar la salvación, de acuerdo con este nuevo evangelio, no puede creer que uno mismo es un pecador indigno. ¿Cuán torcido es esto? ¿Qué tan contrario a la verdad es esto? Es simplemente el evangelio centrado en el hombre, autoestima que con el tiempo se convirtió en ese movimiento acomodaticio al que busca que se ha apoderado de tantas iglesias. Es una especie de narcisismo cuasicristiano, de amor a uno mismo, que caracteriza a los falsos maestros, según 2 Timoteo 3 que nos recuerda: «En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de símismos» (véase 2 Timoteo 3.1-2).

El cristianismo, en las manos de algunos dirigentes de iglesias que se acomodan al que busca, se ha convertido en un movimiento de «logre lo que quiera» en lugar de ser un movimiento de «abandónelo todo». Estos dirigentes han prostituido la intención divina del evangelio. Han reemplazado la gloria de Dios por la satisfacción del hombre. Han canjeado el concepto de entregar por entero nuestras vidas para el honor de Cristo por el de ser honrados por Cristo. Como tal, nuestra sumisión a la voluntad de Dios es reemplazada por la sumisión de Dios a nuestra voluntad. Siendo que las personas por lo general rechazan el evangelio real, los evangelicalistas modernos simplemente han cambiado el mensaje.

Un santo de hace muchos siglos lo dijo muy bien en esta oración.

Señor, alto y santo, manso y humilde, hazme aprender por la paradoja de que el camino hacia abajo es el camino hacia arriba, que ser humilde es ser elevado, que el corazón quebrantado es el corazón sanado, que el espíritu contrito es el espíritu que se regocija, que el alma arrepentida es el alma victoriosa, que no tener nada es poseerlo todo, que llevar la cruz es tener la corona, que dar es recibir. Hazme hallar tu luz en las tinieblas, tu gozo en mi tristeza, tu gracia en mi pecado, tus riquezas en mi pobreza, tu gloria en mi valle, tu vida en mi muerte.

«¿Tu vida en mi muerte?» Ese es el verdadero evangelio. Jesús lo dijo inequívoca e inescapablemente: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará» (Mateo 16.24-25). No se trata de exaltarme a mímismo, se trata de matarme a mímismo. Es la muerte del yo. Uno gana al perder; uno vive al morir. Ese es el mensaje central del evangelio. Esa es la esencia del discipulado.

El pasaje no menciona nada de mejorar la autoestima, de ser rico y triunfante, de sentirse bien respecto a uno mismo o de tener satisfechas todas las necesidades, que es lo que muchas iglesias predican estos días a fin de dorar la píldora de la verdad.

Asíque, ¿quién tiene razón? ¿Es el mensaje del cristianismo de realización propia o es la negación de uno mismo? No puede ser ambas cosas. Si es cuestión de opinión, yo hago lo mío y usted hace lo suyo, y ambos nos deslizamos raudos y contentos en direcciones diferentes. Pero el cristianismo, el evangelio genuino de Jesucristo, no es cuestión de opinión. Es cuestión de verdad. Lo que usted quiere, lo que yo quiero o lo que cualquiera quiere no importa. Es lo que es ... por la voluntad soberana de Dios.

LAS PALABRAS DURAS DE JESÚS

No tengo ni idea cómo los aficionados al cristianismo ligero reconcilian su enfoque religioso con las enseñanzas de Jesús, ni cómo pueden sentirse bien ignorando lo que Jesús dijo. Lo único aceptable para usted y para míes tomar la palabra de nuestro Señor de la única fuente de verdad para todo creyente auténtico: la palabra de Dios revelada en la Biblia. De modo que empecemos allí.

Lucas 9 penetra hasta la médula en lo que es la esencia del cristianismo. AquíJesús estaba con sus discípulos poco después de haber dado de comer milagrosamente con una modesta canasta de panes y peces a una muchedumbre de cinco mil personas que habían ido a oírlo. En Lucas 9.23-26 leemos:

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a símismo? Porque el que se avergonzare de míy de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.

Es muy sencillo. Cualquiera que quiera seguir a Jesús al reino de Dios, es decir, cualquiera que quiera ser creyente, tiene que enfrentarse a tres mandatos: 1) negarse a símis mo, 2) tomar su cruz cada día, y 3) seguirlo. Cuesta creer estas palabras. No son agradables para el consumidor ni razonables para el que busca. El cristianismo ligero no se halla en ninguna parte. Pero este no es un pasaje oscuro, ni diferente de las demás enseñanzas de Jesús. Son principios que enseñó firme y repetidamente en todo su ministerio, vez tras vez en todas las diferentes ocasiones.

Esto no es algo nuevo. Cuando Martín Lutero lanzó la Reforma protestante en 1517 al colocar sus Noventa y Cinco Tesis en la puerta del castillo de Wittenberg, afirmó en su cuarta tesis que la salvación requería el aborrecimiento de uno mismo. Escribió que «el aborrecimiento de uno mismo sigue vigente hasta la misma entrada al reino de los cielos». En el original griego «negarse» significa «rehusar asociarse con». La idea es que si uno quiere ser discípulo de Cristo y recibir perdón y vida eterna, debe rehusar asociarse ¡con la persona que uno mismo es! Usted está hastiado de su ego pecaminoso y ya no quiere tener nada que ver con esa condición caída. Y tal vez no solo consigo mismo sino también con su familia.

En Mateo 10.32 Jesús hablaba de confesarle como Señor y Salvador: «A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos». Y luego, en los versículos 34.36: «No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa».

No es una invitación amistosa, es una advertencia: Si vienes a Cristo, tal vez las cosas en tu familia serán peores, no mejores. Puede producir una división en tu familia como nunca antes la has experimentado. Si le das tu vida a Jesucristo, habrá un golfo impasable entre tú y las personas que no entregan su vida a Él. A decir verdad, cuando el místico hindú de la Nueva Era, Deepak Chopra, me dijo en la cadena de televisión CNN: «Usted y yo estamos en dos universos diferentes», le respondíque tenía toda la razón. Esto es cierto no solo en cuanto a los extraños sino también en cuanto a los parientes, y crea un severo rompimiento en las más íntimas de las relaciones.

El versículo 37 añade: «El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que amí, no es digno de mí». Si usted no está dispuesto a pagar el precio de una división permanente en su familia a menos que sus seres queridos vengan a Cristo —si no está dispuesto a pagar el precio de un mayor trauma, mayor conflicto, mayor sufrimiento en su familia— no es digno de ser discípulo de Jesús.

Versículo 38: «Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí». ¡Un momento! En el tiempo de Jesús la gente asociaba una cruz con una cosa y solo con una cosa: una cruz era un instrumento de muerte. Jesús estaba diciendo que si uno no está dispuesto a tener conflicto con el mundo al grado de que pueda costarle la vida, no es digno de Él.

Versículo 39: «El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará». Esto hace eco de Lucas 9. Tiene que ver con perder la vida. No es teología antropocéntrica, es teología cristocéntrica que dice: «Le doy todo a Cristo, cueste lo que me cueste, aun la vida».

EL VERDADERO EVANGELIO DE LA BIBLIA

Esta es la verdad fundamental del cristianismo que la Biblia confirma repetidas veces. Jesús dijo lo mismo de diferentes maneras. Lo dijo en la conocida historia del joven rico. En Marcos 10.17 el joven dirigente de la sinagoga se acercó corriendo a Jesús, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»

¡Qué escenario para la evangelización personal! Jesús podría haberle dicho: «Eleva esta oración», o «¡Toma la decisión de aceptarme!» Pero no dijo eso. En vez de eso confrontó al joven rico con la realidad del pecado para que se revelara si estaba convencido o no de su maldad y arrepentido de sus iniquidades. Jesús le mencionó varios de los Diez Mandamientos como ejemplos de la ley de Dios que el joven había quebrantado.

Rechazando toda idea de pecado y arrepentimiento, el joven se jactó de haber obedecido los Diez Mandamientos toda su vida. Pensaba que era un candidato perfecto para la vida eterna, pero no recibió la respuesta que esperaba. En el versículo 21 Jesús le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz». Jesús hizo que saliera a relucir la justicia propia del hombre y luego dejó al descubierto su amor al dinero. El joven dirigente quería que Jesús le enseñara cómo tener la vida eterna, pero Jesús le dijo que el precio era abandonar su ilusión de justificación propia y más bien reconocer que era un pecador indigno ymiserable. Tenía que estar dispuesto a someterse al Señor Jesús, aun si ello significara dejar todas sus posesiones terrenales. Tal vez Jesús no lo pida, pero el requisito para la vida eterna es estar dispuesto a dejarlo todo si Él asílo pide.

El joven no quiso hacer ni lo uno ni lo otro, ni reconocer su pecado ni negarse a símismo. Como nos dice el versículo 22: «Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones». Prefirió aferrarse al engaño de su justicia propia, retener su dinero y sus posesiones, que tener a Jesús. No tenía interés en negarse a sí mismo, ni a sacrificarse ni a someterse. Por consiguiente, era indigno de ser discípulo de Jesús y él mismo se cerró la puerta al reino de la salvación.

Todos conocemos a alguien como el joven rico: engreído, confiado en símismo, impresionado con su propia bondad, que ve la salvación cristiana como una meta más que puede lograr mediante desempeño, habilidad, dinero o influencia. La Biblia nos dice que asíno son las cosas. La meta es la nada común disposición a reconocer entristecido el pecado y llegar a la sumisión y al sacrificio. Si no estamos dispuestos a separarnos de nuestras familias, a separarnos del mundo y a separarnos de las cosas materiales que poseemos, es porque Jesús no es tan valioso para nosotros. Es todo o nada.

Hay otro ejemplo más en Lucas 9.57, donde Jesús va de camino con algunos de sus seguidores y uno de ellos le promete: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús no le dijo: «Oye, qué bueno. Vamos al ir al hotel de lujo Ritz-Carlton para cenar con caviar». Lo que le dijo en el versículo 58 fue: «Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza». Jesús no le dijo: «Sígueme y serás feliz, gozarás de salud, serás rico, próspero y triunfador». Le dijo: «Simplemente quiero que sepas esto: no tengo ni siquiera un lugar donde poner la cabeza. El discipulado te va a costar todo lo que tengas. No esperes comodidad y vida fácil».

(Continues...)



Excerpted from Difícil de Creer by John MacArthur Copyright © 2011 by Grupo Nelson. Excerpted by permission of Grupo Nelson. All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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Table of Contents

Contents

Introducción....................ix
1. Gran sabor, menos llenura....................3
2. La dura verdad....................23
3. La verdad en un orinal....................43
4. El mejor ejemplo....................61
5. Carretera al cielo....................83
6. Palabras vacías....................105
7. La roca es la verdadera fe....................119
8. Marcas del discipulado....................133
9. No hay satisfacción....................153
10. Traidores a la fe....................171
11. ¿Por qué estamos aquítodaví a?....................197
12. Pero algunos creerán....................217
Notas....................233
Reconocimiento....................235
Acerca del autor....................237
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