Dinero feliz

Dinero feliz

by Raimon Samso
Dinero feliz

Dinero feliz

by Raimon Samso

Hardcover(Spanish-language Edition)

$23.95 
  • SHIP THIS ITEM
    Qualifies for Free Shipping
  • PICK UP IN STORE
    Check Availability at Nearby Stores

Related collections and offers

Product Details

ISBN-13: 9788497779999
Publisher: Obelisco, Ediciones S.A.
Publication date: 02/28/2014
Series: Coleccion Exito
Edition description: Spanish-language Edition
Pages: 200
Product dimensions: 5.30(w) x 8.20(h) x 0.70(d)
Language: Spanish

Read an Excerpt

Dinero feliz

Una economía ética y consciente es posible


By Raimon Samsó

EDICIONES OBELISCO

Copyright © 2013 Raimon Samsó
All rights reserved.
ISBN: 978-84-9777-999-9



CHAPTER 1

Capitalismo social


Vuelve a leer el título de este capítulo, por favor, porque vas a oír hablar de ello en los próximos años (no es un oxímoron, es un concepto coherente). No me refiero al socialismo, en el que la acción social parte del estado; sino que hago referencia a una economía capitalista en la que la acción social parte de la iniciativa privada, del emprendedor social, de los innovadores. Sé que estoy mezclando aceite y agua, pero el hecho de que no los hayamos visto mezclados antes no significa que no puedan hacerlo. Sigue leyendo y averiguarás que el capitalismo social ya está aquí, y la buena noticia es que funciona.

¿Y por qué una empresa iba a preocuparse por las personas y por el planeta, por qué hacer negocios éticos? Después de probar otras alternativas (que nos han conducido al callejón sin salida en el que se encuentran las economías de Occidente), los emprendedores ahora saben que otra forma de hacer negocios es posible; y no sólo eso, es además inevitable.

Lo que sigue tiene que ver con llevar una vida con sentido, así como con ganarse la vida con pasión. ¿Hay algo mejor que vivir de lo que te gusta, desde la realización personal, y contribuir ayudando a las personas? Cualquier individuo después de su vida laboral activa debería ser capaz de volver la vista atrás y sentir que lo que hizo ha valido la pena. Que no trabajó nada más que para ganarse el sustento, sino para ayudar y mejorar el mundo.

Vivir (y trabajar) sólo para ganar dinero es un fracaso.

En mi anteriores libros El código del dinero, y su continuación, Adelanta tu jubilación (ambos publicados en Ediciones Obelisco), presenté el lema: «Libre, sabio y rico», en este mismo orden. Tengo claro que tener una misión social no implica ser pobre o estar reñido con ganar dinero. Las personas espirituales y prósperas no pedimos perdón por serlo. ¡Hasta ahí podríamos llegar! Sé que la mentalidad dual se resiste al paradigma conciencia-dinero, y ése es precisamente su problema. Según mi experiencia, toda posición mental del tipo «blanco o negro» es síntoma de una percepción disgregada.

No estoy hablando de convertirse en una ONG. Por cierto, una organización sin ánimo de lucro tal vez debería ser capaz de generar dinero por sí misma para pagar al menos sus gastos, o a la larga podría cerrar. Hay que tener claro que si una organización no es capaz de generar un mínimo de ingresos, como mínimo lo mismo que gasta, está expuesta a cerrar porque confiarse a las donaciones o subvenciones es un riesgo excesivo.

El paradigma que presento aquí es el de PPP: People, Planet and Profits. Es decir, ética y beneficios. No es una locura, sino precisamente lo contrario: el final de la locura que ha sumido al mundo en la presente crisis económica. Voy a poner un ejemplo de responsabilidad social y beneficios: la «banca ética» está diseñada para generar beneficios, pero su modelo de negocio es servir a la sociedad (qué hace, para quién lo hace y cómo lo hace son un ejemplo de capitalismo social). Hacen bien el bien y por eso les va bien (mantra del emprendedor social).


Negocios sostenibles para una economía sostenible

Si una organización pretende crear un impacto masivo en el mundo, será necesario un modelo de negocio autosostenible que no le convierta en dependiente de las donaciones, sino de los recursos que genere en su actividad. Eso le dará independencia y sostenibilidad, es decir, viabilidad. Futuro.

Un dato estadístico: las empresas con ánimo de lucro crecen tres veces más rápido de promedio que las sin ánimo de lucro. Está claro que generar beneficios para reinvertirlos es importante.

Ésta es la idea sexy de este capítulo: en la economía del capitalismo social, los negocios con éxito son aquellos con una misión social incorporada en su modelo de negocio. ¡Ohhh! Y no me refiero a una donación del 0,7% de los beneficios o algo así. Eso es calderilla. O a palabrería hueca para quedar bien de cara a la galería; sino a negocios cuya identidad será social, tendrá sentido, incorporará valores y contribuirá al bien común con su misión. Por el camino ganarán dinero, pero eso no será su única función, ni tampoco la más importante. Y por esa misma razón ganarán muchísimo dinero.

Cuando no tratas exclusivamente de ganar dinero, acabas ganando más dinero. Se trata de construir un negocio alrededor del corazón, ¿es eso tan difícil? El capitalismo social tiene un cometido: resolver problemas, servir, crear valor y utilidad, y nada se recompensa mejor en el mundo.

He aquí unas sabias palabras de Josh Lannon, autor de Capitalismo social: «Si tu motivación para trabajar es el dinero, eres un esclavo. Si trabajas para realizar una misión, eres libre. El dinero es sólo un subproducto de hacer algo que amas y a lo que te sientes conectado». Sí, un subproducto, una consecuencia inevitable de hacer el bien, y además hacer las cosas bien hechas.

Ahora que ya sabes qué es el capitalismo social, esto es lo que necesitarás si te apuntas:

• Encontrar un problema que resolver (y su solución).

• Crear un modelo de negocio que incorpore la misión social como parte de la actividad lucrativa de la empresa.

• Disponer de una cuenta de resultados que sume valor sirviendo a personas, dé beneficio y respete el planeta.

• Hacer el bien y hacerlo bien.


¿Te apuntas? Hay sitio para todos. Entiendo que proponer una economía de esta naturaleza es anticientífico. El capitalismo social carece de método, no está sujeto a modelos o leyes matemáticas, pero funciona y tiene efectos visibles. Su ventaja es que los recursos para producir beneficios son intangibles: la confianza, el amor, la claridad de intención, el propósito elevado, la coherencia ... y, por lo tanto, no esquilman recursos del planeta. Escucho al viejo profesor José Luis Sampedro y me gusta cuando decía que el sistema capitalista tal como lo conocemos «se acaba», porque el mundo occidental atraviesa una «auténtica metamorfosis», una crisis de valores, protagonizada por jóvenes y no tan jóvenes, pero sí personas muy conscientes de que «ya viven en otra época», ajena a quienes sólo son capaces de aferrarse a ganar dinero como única motivación.


El emprendedor social

Gregory Dees, profesor en la Duke University, acuñó el término de «emprendedor social» para referirse a aquellas personas que eligen negocios con sentido, mientras cumplen una función social, generando beneficios. Las tres cosas a la vez. En el último día de la vida no importa cuánto has ganado, sino cuánto has servido. Tiene que haber valido la pena vivir, tener un sentido. Cuando no conocía a este autor, yo llamaba «emprendedores con corazón» a los que eran como él, y enfoqué mi entrenamiento hacia estas personas, rechazando cualquier cliente centrado nada más que en ganar dinero. (Nunca me han interesado las personas codiciosas, sino las apasionadas en servir). Gregory, te mando un abrazo, creo que estamos enfocados en lo mismo. Gracias por compartirlo.

El dinero está para servir a las personas, no para que éstas le sirvan a él. Asimismo, tener dinero está bien, lo malo es que el dinero te «tenga» a ti.

Alguien dijo que los emprendedores sociales no van a contentarse con dar peces, ni siquiera con enseñar a pescar, sino que van a ir mucho más lejos ... van a revolucionar la pesca. ¡Qué emocionante ...!

Hasta hace poco, el emprendedor social se limitaba a proyectos sin ánimo de lucro; ahora el paradigma se ha extendido a los negocios con ánimo de lucro. Creo que este tipo de personas está por todas partes, porque resolver problemas no debería estar relegado a organizaciones sin ánimo de lucro o gubernamentales. Creo que todos los agentes económicos deberían ocuparse de resolver problemas en el mundo, ya que, por desgracia, hay muchos.

Por su parte, los gobiernos no están diseñados para subvencionar la economía (aunque lo hayan intentado). Su función es arbitrar la justicia, la igualdad, la libertad, la seguridad y los servicios sociales. Por su parte, el sector privado posee la iniciativa y atrae el talento necesario para crear riqueza y empleo a través de su contribución y servicio.

Gregory Dees dijo: «Creo que el nuevo foco del emprendedor social es una expresión de pragmatismo y no de idealismo. Son, en parte, idealistas decepcionados que se desencantaron por la falta de habilidad de los programas del gobierno para resolver los problemas sociales». Si añadimos las malas prácticas de algunas empresas privadas del viejo paradigma que se comportan como «armas de destrucción masiva», se entenderá que esta inmensa decepción es lo que ha encendido la mecha del emprendimiento social en los últimos años.

En Estados Unidos lo llaman la filosofía de las tres P (People, Planet and Profit), es decir, personas, planeta y beneficios. Los tres objetivos a la vez.

En el capitalismo social, los emprendedores sociales aspiran a una cuenta de resultados con esas tres P: una misión social, una actividad que no perjudique al planeta y generar un beneficio para asegurar la actividad. Es algo que siempre he sentido como posible, y cuando leí el libro Capitalismo social, de Josh y Lisa Lannon, se me saltaron las lágrimas. Compartíamos una misma visión. Os mando un abrazo por iluminar lo que tantos sentimos tan real.

Capitalismo social = hacer el bien para que te vaya bien.

Vuelve a leer esta idea que acabo de expresar porque es el corazón de este libro (tuitea esta cita, por favor).

No quisiera que pensaras que el emprendimiento social se limita a atender a grupos marginales. Como ejemplo, hay que decir que la empresa social más grande del mundo es Google, porque ayuda a las personas de muchas maneras y, además, sabe cómo ganar dinero (que después revierte en nuevas formas de ser útil a la sociedad). Como ves, hay un modo de ganar dinero haciendo el bien y creando puestos de trabajo con sentido. Por cierto, Google tiene un programa de apoyo de «desarrollo personal» para sus empleados. ¿Verdad que esto se pone interesante? Pues sigue leyendo.

Tal vez todo esto te suene a utopía. Nada de eso, es una realidad que va a más. Déjame mencionar algunos ejemplos:

• La Unión Europea lanzó la Social Business Initiative para apoyar a los emprendedores sociales.

• La economía social emplea ya a 11 millones de personas en la Unión Europea.

• Más de 200 fondos de inversión están inscritos como Impact Investment, que invierten en modelos de emprendimiento social.

• Las mejores universidades de Estados Unidos tienen centros o programas de innovación social o gestión de empresa social para sus estudiantes.

• Cada vez más estudiantes de negocios ya no quieren fichar por gigantes financieros, bancos a la vieja usanza o empresas que no tienen una misión social definida. No quieren que su talento engrose los beneficios de firmas codiciosas.

• Net Impact es una comunidad en Internet de miles de estudiantes, ejecutivos, emprendedores y otros actores del cambio que buscan su oportunidad para trabajar centrados en la triple P (personas, planeta y beneficios).


La Iniciativa de Negocios Sociales de la Unión Europea, mencionada antes, tiene como finalidad apoyar a las empresas sociales que tratan de servir a los intereses de la comunidad (objetivos sociales, medioambientales) en lugar de maximizar el beneficio. A menudo tienen un carácter innovador a través de los productos o servicios que ofrecen, ya sea en los métodos de organización o de producción. Pero, todo esto ... ¿funciona? Puedes apostar por ello.

Otra cosa que hacen bien es que a menudo emplean a los miembros más frágiles de la sociedad (las personas socialmente excluidas). De este modo, contribuyen a la cohesión social, al empleo y a la reducción de las desigualdades. Por su parte, ellos consiguen una plantilla motivada y fiel. Todos ganan.

La Unión Europea desea contribuir a la creación de un entorno favorable para el desarrollo de empresas sociales en Europa y de la economía social en general.

En el foro económico mundial de Davos se realizan sesiones de debate sobre emprendedores sociales, impact investment, el «filantrocapitalismo».

No se trata de hacer caridad, sino de algo más digno, es decir, hacer negocios con corazón.

Bishop, autor de Filantrocapitalismo: Cómo los ricos pueden salvar el mundo (editorial Tendencias), se pregunta: ¿puede el capitalismo salvar el mundo? Y escribe: «Esta obra es un apasionante análisis de la explosión del capitalismo filantrópico y sus implicaciones. Hasta ahora, la caridad se basaba en donaciones privadas y ayuda gubernamental. El "filantrocapitalismo", en cambio, busca aplicar estrategias empresariales a la creación de recursos para los más necesitados. Si empresarios de éxito como Bill Gates o Warren Buffett se han valido de las nuevas tecnologías y la globalización para amasar inmensas fortunas, ¿por que no aplicar las mismas técnicas al cambio social?».

Acostumbrados a pensar a lo grande, los «filantroempresarios» pretenden aportar soluciones creativas a los grandes problemas: el sistema público educativo, el cambio climático, la guerra o el desarrollo económico de los países pobres. Iniciativas como Google.org, Clinton Global Iniciative, o Bill & Melinda Gates Foundation, entre otras, son las mayores fundaciones, una tendencia que se multiplica.

Pasamos de la aristocracia a la meritocracia.

Creo que ya es hora de dignificar la estereotipada imagen negativa de los «ricos» ociosos y sustituirla por el concepto de working riches, una nueva clase de profesionales, muy trabajadores y altamente educados, hechos a sí mismos a base de mucho esfuerzo. Los ricos de hoy son muy distintos a los de ayer. Y en ello tienen mucho que ver los valores de servicio y esfuerzo, y de desarrollo personal.

He aquí algunas cifras para los más escépticos de la economía social en la Unión Europea:

• Suma el 10 % de la economía europea (PIB).

• Representa más de 11 millones de trabajadores, el 6 % del empleo total.


Y del emprendimiento social en la Unión Europea:

• Supone el 7,5 % de la población activa en Finlandia, el 5,7 en el Reino Unido, el 5,4 en Eslovenia, el 4,1 en Bélgica, el 3,3 en Italia, el 3,1 en Francia, etcétera.

• Asciende a una de cada 4 empresas nuevas en la Unión Europea, y hasta 1 de cada 3 en Finlandia, Francia y Bélgica.


La característica del emprendimiento social es que, en su mayor parte, los emprendedores presentan un nivel especialmente elevado de responsabilidad social y ambiental. Les importan las personas y el planeta.

Como se ve, unos empresarios buscan nada más que ganar dinero, y otros tienen una Misión con mayúscula. Lo que no saben los primeros es que es muy difícil hacer dinero cuando sólo pretendes ganarlo. Lo que saben los segundos es que cuando haces el bien, el dinero llega.


(Continues...)

Excerpted from Dinero feliz by Raimon Samsó. Copyright © 2013 Raimon Samsó. Excerpted by permission of EDICIONES OBELISCO.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
Excerpts are provided by Dial-A-Book Inc. solely for the personal use of visitors to this web site.

Table of Contents

Contents


Prólogo, 9,

Introducción, 15,
1. Capítalismo social, 21,
2. Economía de la felicidad, 41,
3. Banca ética, 57,
4. Ingreso responsable, 79,
5. Gasto responsable, 97,
6. Maximizar el servicio, 111,
7. El valor de los valores, 125,
8. Liderazgo desde el corazón, 143,
9. Cooperación iluminada, 155,
10. Economía espiritual, 169,

Acerca del autor, 197,

From the B&N Reads Blog

Customer Reviews