LA RESOLUCIÓN ESPIRITUAL

El impulso de buscar a Dios se inicia con Dios, pero el resultado de ese impulso es que lo perseguimos con ahínco; y todo el tiempo que lo buscamos ya estamos en su mano: "Tu mano derecha me sostiene".

 

Cuando miramos

 

El hombre de ciencia moderno ha perdido a Dios entre las maravillas de su mundo; nosotros corremos el peligro real de extraviar a Dios entre las maravillas de su Palabra. Casi hemos perdido de vista que Dios es una Persona y que, intrínsecamente, puede ser cultivada como cualquier individuo. Es innato en la personalidad ser capaz de entender otras personalidades, pero el conocimiento total de una personalidad por otra no puede lograrse en un encuentro. Sólo después de largos y amorosos encuentros mentales se pueden explorar todas las posibilidades de ambos.

 

Todo encuentro social entre humanos es una respuesta de personalidad a personalidad, escalando desde el más común roce entre hombre y hombre hasta la más plena y familiar comunión de la que es capaz el alma humana. Dios es una Persona, y en la profundidad de su poderosa naturaleza piensa, quiere, se deleita, siente, ama, quiere y sufre como cualquier otro individuo. Al darse a conocer, se comunica con nosotros por las vías de nuestro cerebro, nuestra voluntad y nuestras emociones.

 

Este encuentro entre Dios y el alma lo experimentamos en la conciencia personal. Siendo creados a su imagen tenemos dentro de nosotros la capacidad mental de conocerlo. Deseo promover deliberadamente este poderoso anhelo de Dios. La falta de ella nos ha llevado a nuestro actual estado depresivo. El carácter rígido sobre nuestras vidas espirituales es el resultado de nuestra deficiencia de deseo santo.

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LA RESOLUCIÓN ESPIRITUAL

El impulso de buscar a Dios se inicia con Dios, pero el resultado de ese impulso es que lo perseguimos con ahínco; y todo el tiempo que lo buscamos ya estamos en su mano: "Tu mano derecha me sostiene".

 

Cuando miramos

 

El hombre de ciencia moderno ha perdido a Dios entre las maravillas de su mundo; nosotros corremos el peligro real de extraviar a Dios entre las maravillas de su Palabra. Casi hemos perdido de vista que Dios es una Persona y que, intrínsecamente, puede ser cultivada como cualquier individuo. Es innato en la personalidad ser capaz de entender otras personalidades, pero el conocimiento total de una personalidad por otra no puede lograrse en un encuentro. Sólo después de largos y amorosos encuentros mentales se pueden explorar todas las posibilidades de ambos.

 

Todo encuentro social entre humanos es una respuesta de personalidad a personalidad, escalando desde el más común roce entre hombre y hombre hasta la más plena y familiar comunión de la que es capaz el alma humana. Dios es una Persona, y en la profundidad de su poderosa naturaleza piensa, quiere, se deleita, siente, ama, quiere y sufre como cualquier otro individuo. Al darse a conocer, se comunica con nosotros por las vías de nuestro cerebro, nuestra voluntad y nuestras emociones.

 

Este encuentro entre Dios y el alma lo experimentamos en la conciencia personal. Siendo creados a su imagen tenemos dentro de nosotros la capacidad mental de conocerlo. Deseo promover deliberadamente este poderoso anhelo de Dios. La falta de ella nos ha llevado a nuestro actual estado depresivo. El carácter rígido sobre nuestras vidas espirituales es el resultado de nuestra deficiencia de deseo santo.

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by LIBROTEKA

Narrated by LIBROTEKA

Unabridged — 27 minutes

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El impulso de buscar a Dios se inicia con Dios, pero el resultado de ese impulso es que lo perseguimos con ahínco; y todo el tiempo que lo buscamos ya estamos en su mano: "Tu mano derecha me sostiene".

 

Cuando miramos

 

El hombre de ciencia moderno ha perdido a Dios entre las maravillas de su mundo; nosotros corremos el peligro real de extraviar a Dios entre las maravillas de su Palabra. Casi hemos perdido de vista que Dios es una Persona y que, intrínsecamente, puede ser cultivada como cualquier individuo. Es innato en la personalidad ser capaz de entender otras personalidades, pero el conocimiento total de una personalidad por otra no puede lograrse en un encuentro. Sólo después de largos y amorosos encuentros mentales se pueden explorar todas las posibilidades de ambos.

 

Todo encuentro social entre humanos es una respuesta de personalidad a personalidad, escalando desde el más común roce entre hombre y hombre hasta la más plena y familiar comunión de la que es capaz el alma humana. Dios es una Persona, y en la profundidad de su poderosa naturaleza piensa, quiere, se deleita, siente, ama, quiere y sufre como cualquier otro individuo. Al darse a conocer, se comunica con nosotros por las vías de nuestro cerebro, nuestra voluntad y nuestras emociones.

 

Este encuentro entre Dios y el alma lo experimentamos en la conciencia personal. Siendo creados a su imagen tenemos dentro de nosotros la capacidad mental de conocerlo. Deseo promover deliberadamente este poderoso anhelo de Dios. La falta de ella nos ha llevado a nuestro actual estado depresivo. El carácter rígido sobre nuestras vidas espirituales es el resultado de nuestra deficiencia de deseo santo.


Product Details

BN ID: 2940176161366
Publisher: LIBROTEKA
Publication date: 11/03/2021
Edition description: Unabridged
Language: Spanish
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