Servolución: Cómo comenzar una revolución en la iglesia por medio del servicio

Servolución: Cómo comenzar una revolución en la iglesia por medio del servicio

by Dino Rizzo
Servolución: Cómo comenzar una revolución en la iglesia por medio del servicio

Servolución: Cómo comenzar una revolución en la iglesia por medio del servicio

by Dino Rizzo

eBook

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Overview

La Iglesia Centro de Sanidades sigue con pasión el ejemplo de servir a otros en los cuales vemos reflejada la persona de Jesús. De su implacable afán en buscar formas de bendecir a los afligidos en el nombre de Jesús, surgen relatos asombrosos que demuestran estrategias prácticas para vivir una misión de amor y dedicación hacia todos los miembros de la sociedad. Cada capítulo incluye sugerencias prácticas y recursos para el beneficio de cualquier iglesia.Encuentre estímulo en el testimonio de cómo el Espíritu de Dios puede facultar y bendecir su ministerio a través de la sencilla pasión de servir a otros. Dondequiera que esté y cualesquiera que sean sus dones, usted puede desempeñar un papel fundamental en una revolución de servir a otros con el amor y la misericordia de cristo: una Servolución.

Product Details

ISBN-13: 9780829782400
Publisher: Vida
Publication date: 12/21/2010
Sold by: HarperCollins Publishing
Format: eBook
Pages: 224
File size: 2 MB
Age Range: 18 Years
Language: Spanish

About the Author

Dino Rizzo es el fundador y pastor líder de Healing Place Church (La Iglesia Centro de Sanidades) en Baton Rouge, Louisiana. Esta congregación multisitio ha crecido a más de siete mil asistentes en varios países. Dino también es cofundador de la Association of Related Churches, organización que ha establecido sesenta y tres iglesias en todo el país, y Go Global Missions, un grupo concebido para el desarrollo de misioneros y la asociación de organizaciones misioneras. Él y su esposa, DeLynn y sus tres hijos residen en Baton Rouge.

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SERVOLUCIÓN

CÓMO COMENZAR UNA REVOLUCIÓN EN LA IGLESIA POR MEDIO DEL SERVICIO
By DINO RIZZO

ZONDERVAN

Copyright © 2010 Dino Rizzo
All right reserved.

ISBN: 978-0-8297-5558-9


Chapter One

EL COMIENZO DE UNA SERVOLUCIÓN Cuarenta y cinco toneladas de té

Me pregunto si sabían que iban a provocar una revolución. ¿Se darían cuenta de que tan solo una tarde de acción encendería la mecha de la Revolución Estadounidense? ¿Tenían la más remota idea de que lo que estaban haciendo alteraría la historia que conocían y cambiaría al mundo para siempre? El 16 de diciembre de 1773, trescientos Hijos de la Libertad abordaron varias naves atracadas en el Puerto de Boston. A modo de protesta contra unos impuestos injustos, arrojaron de forma metódica cuarenta y cinco toneladas de té británico al agua. En medio del clamor y mientras miles de colonizadores los animaban, me pregunto si entendían el significado de su protesta.

El Motín del Té de Boston (Boston Tea Party) es una gran ejemplo de lo que hace falta para emprender una revolución: una misión clara en la que todos crean, gente que no soporta la opresión, y líderes dispuestos a sacrificar sus vidas para iniciar el cambio. A lo largo de la historia del mundo vemos ejemplos de revoluciones y oímos testimonios de los bravos héroes que dieron sus vidas por su causa.

Este libro tiene que ver con una revolución. Sin embargo, se trata de un tipo de revolución diferente, ya que no está fomentada por la ira, la violencia y la revuelta, sino por la compasión, el amor y el servicio. Esta revolución tiene una misión clara, dando respuesta al clamor de los pobres, los afligidos y los olvidados, y se compone de revolucionarios dispuestos a sacrificar sus vidas con el fin de alcanzar a la gente en sus ciudades, naciones y todo el mundo. Es una revolución que tiene como finalidad iniciar un cambio, pero no derrocando a un gobierno; este cambio se logra ofreciéndole sanidad a un mundo adolorido y amando a la gente en el nombre de Jesús.

Le llamamos una servolución: un cambio significativo en el curso de la historia provocado por simples actos de amabilidad.

¿Qué es una servolución?

1. Un cambio completo y radical en la vida de una persona provocado por simples actos de amabilidad para la gloria de Dios.

2. El reino de Dios así en la tierra como en el cielo.

3. Una revolución de la iglesia a través del servicio. No puedo hablar en nombre de los Hijos de la Libertad que emprendieron la Revolución Estadounidense, pero cuando nuestra servolución comenzó, DeLynn y yo desconocíamos el impacto que iba a tener o el número de personas que se verían afectadas. No tenía un nombre, y sobra decir que no contábamos con cientos de espectadores animándonos. Solo éramos dos jóvenes con un intenso deseo en nuestros corazones de mostrarles a las personas el amor de Cristo y servir a las familias quebrantadas de nuestra comunidad. Teníamos la convicción de que si liderábamos a la iglesia con la pasión de alcanzar al mundo sirviendo a una persona tras otra, algo asombroso acontecería, aunque no sabíamos lo que Dios llevaría a cabo a través de nosotros.

El propósito de este libro no es exponer una fórmula para los pastores con la idea de hacer crecer sus iglesias o que un creyente pueda revolucionar su vida. No existe un programa de diez pasos a seguir a fin de empezar tu servolución. Cada uno irá creando su propia senda. Y aunque es cierto que los que formamos parte de Healing Place Church hemos hecho muchas cosas bien, también experimentamos muchos momentos en los que aprendimos a hacer las cosas sobre la marcha. No existe una ecuación perfecta para las cosas que Dios nos pide hacer, pero siempre es emocionante buscar nuestro destino en él!

LAS CHISPAS SALTAN

Una de las primeras chispas de esta servolución representó también una de las experiencias más humillantes de mi vida. DeLynn y yo llevábamos casados tan solo unos años y estábamos de visita en Houston durante una de las etapas más cruciales de nuestras vidas. Hacía muy poco que habíamos dimitido como pastores de jóvenes de la iglesia donde nos conocimos, dedicándonos durante varios meses a hablar en distintas iglesias y campamentos de jóvenes por todo el país. Aunque nos habían ofrecido bastantes oportunidades de ministerio, aún no habíamos determinado con exactitud cuál era el lugar donde Dios nos quería.

En octubre de 1993 nos encontrábamos en el salón del pastor John Osteen, el fundador de Lakewood Church. El pastor Osteen era una leyenda para muchas personas -incluyéndonos a DeLynn y a mí- y aquí estábamos, gozando del privilegio de visitarle en su casa con la familia que tanto quería. Yo hacía preguntas a diestra y siniestra, queriendo aprender del hombre que tanto respetaba. De pronto, me dejó mudo con una de sus preguntas: "Hijo, ¿qué es lo que quieres hacer? ¿Qué es lo que Dios ha puesto en tu corazón?"

Eran muchos los pensamientos y sueños que DeLynn y yo habíamos intentado analizar. Al principio, no supe qué decir. No entendíamos todas las cosas, pero deseaba con desesperación ser capaz de explicar los que sentíamos en nuestros corazones. Así que cuando empecé a responderle, no me pude contener. Fue uno esos momentos en los que no sabemos ni lo que decimos. Estás tan lleno de sueños, ideas y preguntas que no puedes dominarte, y como si se tratara de una presa que se desborda, las palabras fluyen libremente. Por último, habiéndolo dicho todo, me quedé sin palabras.

En realidad, no supe de qué forma él iba a responder. Con honestidad, no estaba muy seguro de lo que había dicho, pero de alguna forma esperé que me diera un gran consejo. En lugar de eso, el pastor Osteen simplemente me miró. El silencio fue ensordecedor, y empecé a reproducir todo mi monólogo en mi mente. ¿Es posible que haya dicho todo eso? De repente, me sobrevino esa pesadilla en la que me imaginaba permaneciendo en el centro de la cancha bajo los reflectores durante la ceremonia de apertura de la final de la NBA mientras vestía tan solo mis calzones. Vaya, hombre! No quiero ni imaginarme lo que el pastor Osteen está pensando en estos momentos.

Seguidamente, se puso de pie y salió del salón. Solo se levantó y se marchó! Así que hice lo que cualquier buen esposo haría en esta situación: escurrir el bulto y pasárselo a mi esposa. "DeLynn, ¿por qué no me paraste? Lánzame "la mirada", dame una patada en la espinilla, derrama tu bebida sobre mí ... lo que sea!"

Por favor.

Después de una eternidad de tres minutos, regresó y me sorprendió con un cheque de cuatrocientos dólares. Me indicó: "Esto es lo que tienes que hacer. Necesitas fundar una iglesia en Baton Rouge para alcanzar a los pobres y los afligidos. Aquí tienes el primer diezmo: te estoy dando tu primera ofrenda". Él había escuchado a nuestros corazones y tuvo la sabiduría para decirnos que lo que DeLynn y yo sabíamos en lo más profundo de nuestros corazones era lo que Dios quería para nuestras vidas.

Y entonces, con su propio tono bromista, pero hablando muy en serio, me dijo: "Ahora bien, si no fundas esa iglesia, voy a ir y te voy a mandar a la cárcel por haberme robado mi dinero". Tomé esas palabras muy en serio conforme llevaba ese cheque amarillo con un valor de cuatrocientos dólares firmado por John Osteen de vuelta a Baton Rouge.

Y eso fue todo. DeLynn y yo regresamos a casa para abrir una iglesia, no porque John Osteen nos lo hubiera dicho, sino porque nos había ayudado a reconocer lo que Dios ya había puesto en nuestros corazones y a cobrar el valor necesario para dar un paso al frente y dedicarnos a la tarea.

Ese simple acto de entregarnos un cheque cambió el curso de nuestra historia. Mirando atrás, esa fue una de las chispas que encendió nuestra servolución. Representó un momento divino para nosotros. Conocíamos nuestra misión. Teníamos nuestro mandato.

Sabíamos que nos enfrentaríamos a retos enormes, pero estábamos resueltos a alcanzar el éxito. Baton Rouge era una comunidad con un número infinito de gente quebrantada. Transcurría 1993, y la ciudad todavía estaba tambaleándose luego de varios escándalos provocados por ciertos ministerios muy notables. Mucha gente había abandonado la idea de ir a la iglesia, y peor aun, se había apartado de Dios. Además, Louisiana de modo habitual ocupa uno de los primeros puestos en la lista de estados con casi todas las categorías negativas: pobreza, analfabetismo, desempleo y poca calidad de vida.

El primer reto llegó cuando hablé por primera vez en nuestra nueva iglesia y doce personas se presentaron. Después de predicar, cinco se marcharon. Haciendo cálculos me di cuenta de que si mi predicación reducía la asistencia en un cuarenta y dos por ciento en cada culto, solo me quedaban dos semanas más para vaciar el local.

Haciendo cálculos me di cuenta de que si mi predicación reducía la asistencia en un cuarenta y dos por ciento en cada culto, solo me quedaban dos semanas más para vaciar el local.

Qué bien!

Sobra decir que estábamos muy desanimados, así que DeLynn y yo decidimos ahogar nuestras penas probando todos y cada uno de los treinta sabores de helados en Baskin Robins. Nuestro desánimo no duro mucho, porque en algún momento cuando íbamos por el sabor veintisiete nos dimos cuenta de por qué nos habíamos metido en esto en primer lugar. Sabíamos que Dios nos había llamado a amar y ayudar a los pobres y los afligidos, y acordamos que independientemente del número de personas que viniera a la iglesia (o se marchara de ella), no tiraríamos la toalla. No nos iban a importar los números; solo cumpliríamos con nuestro papel de amar y servir a la gente y dejaríamos el crecimiento de la iglesia en manos de Dios.

Elaboramos un plan de acción para la semana entrante consistente en una tarea principal: hacer lo posible para ayudar a la gente de nuestra comunidad. Suena bastante simple, ¿pero por dónde se empieza algo así? Empezamos a indagar en los periódicos para averiguar qué estaba pasando en nuestra comunidad. Intentamos identificar a aquellas personas a las que nadie servía o en las que nadie pensaba. ¿Qué necesidades existían? ¿Quién estaba siendo ignorado? ¿Qué otras personas no querían servir o simplemente eran incapaces de ayudar? Tan pronto como me puse a buscar, fue fácil encontrar gente lista para una servolución, y empezamos a servirles de cualquier forma posible. Nos pusimos en contacto con organizaciones que tenían previstos grandes eventos y les preguntamos si podíamos hacer la limpieza después. Encontramos a parejas recién convertidas en padres y les entregamos pañales y fórmulas para bebés. Visitamos a los ancianos enfermos y preparamos comidas para las familias de personas que estaban hospitalizadas. Y muy pronto una cosa dio paso a otra.

SIRVE A ALGUIEN

Puesto que la iglesia era nueva y muy pequeña, no había mucho trabajo administrativo que hacer. Un día a las diez de la mañana los únicos dos asuntos en la agenda ya estaban terminados: había cortado el césped de la iglesia y quitado la mala hierba. Así que en lugar de quedarme sentado, decidí ponerme a trabajar sirviendo a alguien. Me puse a leer las tarjetas que las personas que visitan la iglesia nos entregan y supe de una mujer viuda que se estaba muriendo de cáncer.

Fui al supermercado, compré un ramo de flores por siete dólares, y dos de nosotros nos dirigimos a su casa para visitarla y entregárselas. Le dimos las flores y le dijimos que la amábamos. No fue nada complicado, pero ese simple acto de amabilidad tuvo un valor incalculable para ella. Nos sentamos y charlamos durante un largo rato, y conforme nos marchábamos nos dijo: "Tengo algunas amigas que también son viudas. ¿Podrían visitarlas también?" Así que a la semana siguiente visitamos a cuatro viudas, luego a diez más la semana próxima, y el número de viudas que se visitan ha continuado creciendo desde entonces.

He aquí lo que he descubierto. Cada una de estas mujeres tenía una familia con necesidades, lista para recibir ayuda. "¿Puedes llamar a mi hijo? Necesita asistir a la iglesia". "¿Puedes llamar a mis hijas? Les encantaría formar parte de una iglesia como esta". Conforme servíamos a estas viudas, sus mundos se abrieron ante nosotros, alcanzando así a más personas y teniendo más oportunidades para demostrar el amor de Jesús. Y de pronto nos percatamos de que teníamos a cien personas en la iglesia, y luego a doscientas, y el número sigue aumentando. La predicación, la música y la adoración han continuado igual, pero hemos crecido porque estábamos comprometidos a servir a la gente de nuestra comunidad una persona tras otra. Nuestra actitud era "lo que sea, cuando sea". Ahora sé que este sentimiento que bendice a otros con generosidad es el catalizador perfecto para una servolución. Jesús lo dijo de esta forma: "Hay más dicha en dar que en recibir".

A medida que personas nuevas llegaban a la iglesia, se presentaron nuevas necesidades y nuevas oportunidades de servicio. Una noche, cuando asistía a una reunión de oración, una mujer levantó la mano y dijo: "Mi novio me ha dejado. Necesito salir de mi apartamento mañana y no tengo una camioneta ni ninguna ayuda". El líder respondió: "Bueno, vamos a orar por ti". Yo estaba sentado en la parte de atrás pensando: Esta mujer necesita más que oración; también precisa de una camioneta Chevy. ¿Cómo podemos proporcionarle una camioneta y unos voluntarios con buenas espaldas?

Al día siguiente reuní a unos cuantos hombres y nos presentamos en su apartamento con una camioneta para ayudarla a mudarse. Lo recogimos todo en menos de dos horas y la llevamos con su bebé a casa de sus padres antes de la hora del almuerzo. Ella estaba tan agradecida y conmovida por este simple acto de amabilidad que empezó a asistir con fidelidad a nuestros cultos. Y cuando sus familiares se dieron cuenta de que una iglesia había ayudado a su hija y a su nieta sin pedir nada a cambio, también empezaron a asistir a la iglesia. Entonces me percaté de algo: En realidad, podemos alcanzar a mucha gente de esta forma! Por supuesto, la voz se corrió y acabamos ayudando a un montón de madres solteras durante los próximos meses.

Otra forma en la que empezamos a ayudar a la gente de nuestra comunidad fue a través de la celebración de bodas para parejas que no eran de nuestra iglesia e incluso para los que aun no eran creyentes. Pensábamos que podríamos casarlos con tal de que acordasen asistir a varias sesiones de asesoramiento prematrimonial, durante las cuales se les presentaría el evangelio con toda claridad. Según resultó, muchas de las parejas acabaron entregándole sus vidas a Cristo durante el proceso, por lo que hoy día todavía utilizamos este método como un modo de alcanzar a nuestra comunidad. Es cierto que se nos critica un poco por ser tan "poco espirituales como para permitirles a los paganos casarse en nuestra iglesia", pero nunca nos hemos arrepentido de hacerlo.

Una de las parejas que casamos estaba integrada por un jugador de fútbol americano de LSU llamado Kevin y una chica llamada Tracy, con la que DeLynn había ido a la escuela. Tracy provenía de una sólida familia cristiana, pero luchaba en su caminar con Cristo, y Kevin ni siquiera pretendía ser creyente. No obstante, cuando nos pidieron que los casáramos, estuvimos de acuerdo. Ellos se sentaron durante las sesiones y escucharon, pero no estaban preparados para entregarle sus vidas a Cristo.

Después de la boda, rara vez tuvimos contacto con ellos. Kevin comenzó a jugar fútbol en la NFL, por lo que la pareja vivía fuera de la ciudad la mayor parte del tiempo. Entonces un día Kevin llamó y dijo que necesitaba hablar conmigo. Su hermano había muerto en un accidente automovilístico y Kevin tenía algunas preguntas acerca de Dios que deseaba hacerme. Me indicó que pensaba que yo era la única persona que podría ayudarlo.

Cuando nos reunimos, Kevin empezó a repasar un cuaderno lleno de preguntas difíciles y sinceras que había anotado. Luego de unos minutos, lo detuve y dije: "Kevin, no soy capaz ni de empezar a responder todas las preguntas que tienes, pero creo que ya has resuelto muchas de esas dudas. Me parece que lo que te falta es la voluntad de poner tu fe en Dios y confiarle tu vida". Y en unos minutos estábamos orando juntos para entregarle su vida a Jesús.

(Continues...)



Excerpted from SERVOLUCIÓN by DINO RIZZO Copyright © 2010 by Dino Rizzo. Excerpted by permission.
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Table of Contents

Contents

Prólogo....................11
Agradecimientos....................13
Introduccion: No podemos dejar que se nos escape....................14
1. El comienzo de una servolucion: Cuarenta y cinco toneladas de té....................17
2. Una servolucion estratégica: Veneno para ratas y un pijama con estampado de piel de leopardo....................29
3. La cultura de servicio: Una oportunidad inesperada....................39
4. Jesus lo es todo en la servolucion: Cuatro paredes y un esclavo....................49
5. El huracán Katrina: El día que los diques se reventaron....................59
6. Los diez aspectos principales de la servolucion: Una lección de Ben y Jerry....................73
7. La estructura de la servolucion: Una toalla y una palangana....................85
8. Descubre la necesidad: Existe un gran tesoro dentro....................95
9. Permanece en el buen camino: Un discurso, un foco de atención y una estación....................109
10. El precio de una servolucion: Más que dinero....................119
11. Sin excusas: Ciento sesenta y cinco mil huevos de Pascua....................129
12. La calle de la servolucion: El vecindario donde vive Jesús....................141
13. Mantén tu servicio activo: Evitando la fatiga de la compasión....................153
14. Nunca sirvas solo: ¿Con quién choco los cinco?....................163
Conclusion: Ciñéndose la toalla....................177
Apéndice 1: Herramientas para la servolución....................181
Apéndice 2: Recursos para la servolución....................205
Notas....................217
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