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CHAPTER 1
Tres oseznos, a los que Dios ha puesto en la misma familia, han aprendido que se les ama por igual.
Pero cuando hagan lo que no deben, ¿se les seguirá amando? Mamá Osa y Papá Oso harán la misión de su vida mostrar a los oseznos que el gran amor de Dios y el suyo no tiene condiciones.
Un día, Oso Pardo tomó la miel y se la echó por encima a Polar, pensó que sería divertido que Polar fuera del mismo color pardo. Aunque Mamá no estaba muy contenta, pudo decir:
— Les amo aun cuando están sucios y pegajosos.
Al día siguiente, oyeron a Panda llorar en el jardín.
Papá Oso supo que sus hermanos habían sido un poco bruscos con ella.
— Lo sentimos mucho — dijeron Pardo y Polar Papá Oso los envió de regreso a la casa.
— Les amo aun cuando se comportan mal
— les dice Papá Oso.
Cuando los tres oseznos fueron de caza con Mamá Osa, se dispersaron y su mamá los tuvo que buscar por todo lugar. Finalmente, los encuentra jugando cerca de una cascada, los regaña por no quedarse a su lado, después los abraza a todos.
A la hora de la comida, los osos se sientan para comer los frutos silvestres que recolectaron.
Entonces, Papá Oso ve a Panda levantarse y deambular.
Ella no quiere comer en ese momento; en vez, quiere jugar, pero Papá Oso con mucho cariño le pide que se vuelva a sentar.
Ahora Mamá Osa advierte a los oseznos que el puercoespín, que tiene su guarida al lado del viejo pino, tiene púas.
Más tarde, los oseznos corren a casa llorando y cubiertos de púas,
Mamá les cura las heridas y les advierte de nuevo que la próxima vez la escuchen.
Pardo y Panda trepaban por los altos árboles de las proximidades.
El joven Polar sabe que no debería, pero intenta trepar a uno de los árboles.
Encuentra uno al que puede trepar y se queda atascado en él.
Papá Oso, mientras lo desenreda, le dice que todo irá bien.
— La encontré primero, gritó Panda aferrándose a su nueva posesión. Una pluma que encontró sobre una roca, tan azulada como el color del cielo.
— Te amo, pequeña Panda, incluso si no compartes. Pero siempre nos agrada cuando lo haces, — dice Mamá Osa.
Los oseznos ayudaban a sus padres a traer nuevas ramas a la guarida. Pero no pasa mucho tiempo hasta que los sarpullidos aparecen y el picor comienza.
La hierba venenosa que Mamá Osa trajo equivocadamente lleva a todos los osos al lago para un baño de lodo.
Más tarde, mientras los osos se relajaban en el agua, Papá Oso se dirigió a sus hijos:
— Todos cometeremos errores y nos equivocaremos de vez en cuando, y como Dios hace, debemos amarnos unos a otros aun cuando ...».
(Continues…)
Excerpted from "Te Amo Aún Cuando"
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