«¿Puedo besarte?». Fue dos meses antes del estreno mundial de Juno, y Elliot Page estaba por primera vez en un bar queer. El aire caliente del verano flotaba pesado a su alrededor mientras la miraba. Y luego sucedió. En frente de todos. Una experiencia antes insondable. Aquí estaba, al borde de descubrirse a sí mismo como una persona queer, como una persona trans. Acercándose a sus anhelos, a sus sueños, a sí mismo, sin la represión con la que había cargado durante tanto tiempo. Pero para Elliot, dos pasos adelante siempre venían con un paso atrás. Con el éxito masivo de Juno, Elliot se convirtió en uno de los actores más queridos del mundo. Sus sueños se estaban haciendo realidad, pero la presión de actuar lo asfixiaba. Se vio obligado a interpretar el papel de la joven y brillante estrella, un papel que hizo que su piel se erizara, dentro y fuera del set. Su carrera profesional, que había significado un escape de su realidad hacia un mundo de imaginación, de repente se convirtió en una pesadilla.
“Can I kiss you?” It was two months before the world premiere of Juno, and Elliot Page was in his first ever queer bar. The hot summer air hung heavy around him as he looked at her. And then it happened. In front of everyone. A previously unfathomable experience. Here he was on the precipice of discovering himself as a queer person, as a trans person. Getting closer to his desires, his dreams, himself, without the repression he’d carried for so long. But for Elliot, two steps forward had always come with one step back. With Juno’s massive success, Elliot became one of the world’s most beloved actors. His dreams were coming true, but the pressure to perform suffocated him. He was forced to play the part of the glossy young starlet, a role that made his skin crawl, on and off set. The career that had been an escape out of his reality and into a world of imagination was suddenly a nightmare.